Antes, mucho antes, cuando alguna plaga o grave problema afligía a nuestros pueblos, enseguida se organizaban rogativas y preces extraordinarias, pidiendo, casi exigiendo, a nuestros santos patronos, el cese, a ser posible inmediato, de tales pruebas...
Ahora, con la Iglesia en retirada forzada, ausentes las gentes de los templos, muchos pueblos y pueblitos sin sacerdotes avecinados y con sus templos cerrados salvo en la misa dominical, las gentes pendientes, exclusivamente, de móviles, tablets y televisores, escuchando las opiniones, dictámenes, predicciones y proyecciones de sabios en cada tema, ahora, no se oye que se organicen rogativas, salvo las muy necesarias y más solemnes que promueve algún prelado o autoridad eclesiástica. Sirva todolo anterior como preludio al comentario de lo que está ocurriendo en la isla de La Palma, en las Canarias, allá cerca de la costa occidental africana, junto al gran Sáhara. Allí tienen desde hace un par de semanas, un nuevo volcán estroboliano ( lava fluida, explosiones y surtidores, rugidos y bramidos ), que , aparecido de la nada en medio de una zona poblada de platanares y casitas residenciales y turísticas frente al mar, se va tragando y enterrando bajo la lava carreteras, viviendas, y cualquier obra humana disponible. Además, cada día, cientos de pequeños o medianos terremotos de hasta 4.5 grados recuerdan a los afligidos habitantes desterrados de sus casas quién manda allí y que todavía le quedan arrestos para enterrar media isla y todas sus pertenencias. Se suceden las entrevistas a las gentes que sacan apresuradas sus enseres mientras la lava se acerca a treinta o cuarenta metros calle arriba, al agricultor que se lamenta de que la lava ha cortado el suministro de agua, al bombero que se afana en desenterrar de la ceniza la calle o el tejado de las casas que van quedando, a la mujer que llora la pérdida de todos los recuerdos de su vida bajo la manta gris de la ceniza que va enterrando todo lo que aún no ha cubierto la lava....
Sin embargo, apenas alguna referencia a Dios, apenas un tímido ( no recuerdo ninguno) gracias a Dios por haber salvado la vida de todos los afectados hasta ahora ( ya hay unos 7000 evacuados)... ¿ Dios permanece ausente de las vidas de las gentes o los medios nos lo muestran así ?.Por supuesto, el mundo, el mundo físico, como todo él, funciona bajo leyes estrictas, que incluyen las que rigen la tectónica de placas, las fallas y los flujos de magma, etc etc, pero seguro que El sigue esperando, tras las nubes de ceniza y el alisio que sopla incansable, algunos gestos de petición de ayuda que no parecen llegar. Me lo imagino como el padre que observa a su hijo pequeño metido en un charco de barro del que no acierta a salir, esperando la llamada de ayuda... papá, ayúdame, que no puedo sacar la zapatilla del barro. Tienen, tenemos, a un padre, tienen un charco, tienen un barro hirviente y están abrumados de lava y cenizas... ¿ A qué esperan los palmeros ?