El Papa Francisco se ha dirigido a los líderes mundiales pidiéndoles se tomen medidas para "detener" las acciones de grupos terroristas contra los cristianos (de todas las denominaciones: católicos, ortodoxos, protestantes, etc.).
Los musulmanes extremistas, con la idea de que el Corán manda el yihad o guerra santa, y que la Sharia es el único sistema legal que debe gobernar la vida espiritual y material de cualquier sociedad (y quienes no lo acepten son infieles que deberán ser exterminados); y que, además, el islam les asegura que así llegarán al paraíso de la otra vida después de la muerte, han incrementado sus ejecuciones de cristianos que huyen de países musulmanes en África y Asia.
La intolerancia de estos grupos extremistas la manifiesta y ejemplifica en los cuatro libros que ha escrito Ayaan Hirsi Ali, quien nació en Somalia, en una familia conservadora, padeció la mutilación genital -mandada por el Islam- en la pubertad, fue educada en Arabia Saudí y en Kenia dentro de la más severa observancia musulmana; y, cuando sus padres quisieron casarla con un lejano pariente contra su voluntad, se atrevió a huir y pidió asilo en Holanda. Viviendo allí llegó a ser diputada por el partido liberal, y comenzó su campaña contra la discriminación a las mujeres, la violencia y la intolerancia del islam. En sus tres primeros libros -publicados en Holanda- describe su propia autobiografía para mostrar los extremos de crueldad y ceguera a los que conduce el fanatismo musulmán, y explica las razones de su ruptura con el Islam. Cuando en 2004 en Ámsterdam el cineasta Theo van Gogh fue asesinado por Mohammed Bouyeri, este clava en el pecho de su víctima una carta a Hirsi Ali, advirtiéndole que ella sería la próxima asesinada por traicionar al islam. Sus mismos vecinos, por miedo, le pidieron a Hirsi que abandonara el piso en que vivía, y la ministra de inmigración de Holanda la amenazó: si seguía escribiendo contra el Islam perdería su nacionalidad holandesa. Mudándose Hirsi Ali a Estados Unidos, publica su cuarto libro: "Heretic: Why Islam Needs a Reformation Now" -que se publicará pronto en español bajo el título: "Reformemos el Islam"-; critica de paso a los gobiernos occidentales que, para no apartarse de la corrección política, afirman que el terrorismo de grupos extremistas es ajeno a la religión musulmana. Ella afirma que el origen de la violencia tiene su raíz en la propia religión musulmana, que requiere una reforma de todos los aspectos incompatibles con los derechos humanos y la democracia; sólo gracias a esa puesta al día del Islam, podrán salir del atraso medieval, que en pleno siglo 21 sigue lapidando a adúlteras, cortando las manos a ladrones, decapitando a los impíos y autorizando "crímenes de honor", donde el padre o los hermanos, impunemente, asesinan a la mujer violada "que deshonró a la familia".
Como ejemplos de medidas, no violentas, que inducen a los musulmanes a la tolerancia y moderación hacia quienes no comulgan con su modo de pensar y sus creencias, menciono dos casos recientes a los que creo que deberemos seguirles la pista:
1.- Tunez, pais de población predominantemente musulmana, que ha adoptado un laicismo político, y
2.- Austria, país con una población que incluye una gran migración musulmana (la Universidad de Viena estimó el año pasado el número de musulmanes en Austria en más de 550 mil, 7% del total nacional), que en febrero de este año modificó la ley islámica del país que amplía derechos y deberes de musulmanes:
-Da tiempo en el trabajo para cumplir con festividades islámicas.
-Podrán recibir atención espiritual y comidas halal en hospitales, prisiones y en fuerzas armadas.
-Establece un programa teológico para imanes en la Universidad de Viena.
-Excluye a clérigos extranjeros de posiciones de liderazgo en mezquitas austriacas.
-Todos los imanes deben hablar alemán, y deben demostrar "aptitud profesional" cursando el programa de la Universidad de Viena o demostrando una formación equivalente.
-Se prohibe el financiamiento extranjero de grupos islámicos.
Han recibido objeciones y críticas a estas medidas como discriminatorias: como los grupos cristianos y judíos del país no enfrentan restricciones de idioma y pueden recibir financiamiento extranjero, se arriesga a alienar a los musulmanes al someterlos a reglas especiales.
Sin embargo, congelar los flujos de ingresos extranjeros, aunado a las otras medidas adoptadas en la nueva ley, parece que es la mejor forma de fomentar el desarrollo de un islam independiente.