Autor Tema: Algo más que sapiens  (Leído 5990 veces)

deneb

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Re:Algo más que sapiens
« Respuesta #15 : Enero 24, 2024, 11:51:06 am »
El Diccionario de la Lengua Española define así la Libertad: "Libertad. RAE f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos."
El ser humano actual, si tuviera sus órganos corpóreos de un tamaño proporcional a sus capacidades, sería un verdadero monstruo. La parte tecnológica de su cerebro debería ser enorme, los manipuladores ,manos, que le permiten hacer y deshacer, construir y manejar instrumentación estarían, asimismo, hiperdesarrolladas, mientras los órganos para desplazarse, cada vez menos útiles , llevarían camino de la desaparición, y así para otras funciones que cualquiera podría describir. Sin embargo, paralelamente, se descubren , tal vez ligadas a ese superdesarrollo citado, carencias que impiden la armonía en el crecimiento. En efecto, ejercitar tantas capacidades como las que detenta el humano actual. requieren de él, no solo conocimientos científicos y tecnológicos elevados sino, asimismo, un conjunto de capacidades y destrezas mentales y conductuales que faciliten un uso adecuado de tales saberes.  De no ser así, vemos que el humano actual está ya cerca de ser capaz de apretar un botón y eliminar del mundo de los vivos a media humanidad, de generar clones de sí mismo o de otros sin control, de crear especies nuevas orientadas a cualquier objetivo o interés que desee, y en general de crear o destruir, a gran escala, sin una guía, propósito o regulación adecuada a los fines propios de su especie y del conjunto de seres vivos en general. Por ceñirnos a una carencia básica, que a menudo pasa desapercibida, citemos la primera: el desconocimiento de lo esencial de su propio lenguaje. Comencemos con una palabra básica. Hoy hay cientos o miles de millones de seres humanos que  desconocen el significado de la palabra Libertad, en un momento en que cada día podemos leerla en diarios, pantallas, pancartas, paredes y ... esta misma tarde, Deneb, en un contenedor de basura al lado de su casa. Libertad, para la mayoría, se acercaría a la capacidad de hacer lo nos venga en gana, sin que nadie pueda llamarnos la atención o castigarnos por ello. Eso sería un ser libre y a ese concepto suelen aproximarse las definiciones prácticas que el común de los mortales usa en su vida diario y solo admitirán  un límite cuando el vecino de al lado le avise, más bien le amenace, porque está invadiendo su propio espacio de libertad, pero como ambos espacios resultan tan ilimitados, no es posible una regulación aceptable por todos. Por eso he colocado en el primer párrafo la definición clásica que todos debiéramos conocer y aplicar. Mientras nuestra propia y particular definición no coincida , en todos sus términos, con ella, seguiremos en el escalón previo a cualquier inicio de una verdadera civilización humana. Seguiremos en el orden de los animales, cuya única norma es sobrevivir, alimentarse lo mejor posible, reproducirse al máximo y morir lo más tarde posible. Todos sabemos que, a efectos prácticos, casi todos ellos recorren un mismo y dramático camino, que no es necesario describir.  Por eso, tal vez, en el capítulo primero de la formación básica de cualquier humano,  siempre deberían aparecer dos palabras sagradas: la primera es Libertad con su definición clara y sencilla, y a continuación, como el reverso de una moneda, tan evidente como desconocida, la segunda: responsabilidad. Con esta moneda, de dos caras como todas , podría el ser humano, por fin, comprar su felicidad. Dudo mucho que sea capaz de hacerlo pero, los que componemos estos foros, debemos facilitárselo. Intentémoslo.
« Última Modificación: Enero 24, 2024, 11:54:53 am por deneb »

cefas

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Re:Algo más que sapiens
« Respuesta #16 : Enero 26, 2024, 05:02:14 am »
En efecto, Deneb, la comprensión correcta de lo que es libertad y lo que, por tanto, significa esa palabra, debería potenciarse. Es más, sospecho que es un tema que dificulta y enrevesa enormemente la aceptación de la religión cristiana en general e incluso la aceptación del hecho religioso, al confundir la existencia de normas éticas, de conducta, con el menoscabo de la libertad individual. Cuando una religión proclama un mandamiento, como no matarás, no está limitando la libertad individual, que permanece intacta. Libre es , en esencia, quien respeta el mandamiento y libre es el que no lo respeta, porque en ambos casos se posee una " Facultad de elegir el modo de obrar" , que constituye la esencia de la Libertad. Lo que varía es la calidad del uso de esa facultad, uso correcto o defectuoso, y ese uso no forzado hace al autor responsable ante algo que llamaremos autoridad, al menos en dos escenarios: ante Dios si se es creyente o, si existe, en cualquier caso y, a menudo, ante la autoridad humana, que no suele entender el asesinato, la incitación al asesinato o manifestaciones de odio, como algo optativo... por tanto, el humano siempre es libre, libre de optar, acto de la voluntad, libre de obrar o, también, libre para desear obrar, ya que no siempre puede ejercitar lo que desea, pero no puede evitar que se le haga responsable. Por tanto, perseguir a una religión porque expone una serie de normas de conducta, o no aceptarla porque suponga un menoscabo de la libertad, no son más que dos errores, simplemente, de lenguaje. Las religiones racionales no imponen conductas a la fuerza, solo exponen modelos de conducta, modelos de ética. La autoridad civil, por su parte, con o sin esos modelos, suele imponer una ética civil que todos conocemos y, finalmente, la propia conciencia individual, obrando libremente, crea la suya, la siga o no... RAE. Etica. Conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida. Ética profesional, cívica, deportiva.
Nota al margen. Si, como parece obvio,  aceptamos la realidad de un plano metafísico, moral, mental o espiritual en los seres humanos, la definición de libertad podría y debería incluir una ampliación de pocas palabras, quedando así: Libertad. RAE f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar o desear obrar, de una manera o de otra, y de no obrar o desear no obrar, por lo que es responsable de sus actos y deseos."

petrusdoa

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Re:Algo más que sapiens
« Respuesta #17 : Enero 28, 2024, 06:15:42 am »
La existencia de la libertad individual, como cualidad esencial del acto volitivo humano parece algo tan válido como un axioma más... pero: Supongamos que nuestro sapiens afirma que no admite la existencia de la libertad. No habiendo libertad, no hay responsabilidad y, entonces, maravilla de la lógica, reaparece la libertad, pues al no ser responsable, se es verdaderamente libre. Preguntémonos:. ¿ puede existir responsabilidad sin libertad ? ¿ y libertad sin responsabilidad ?. La respuesta a la  primera pregunta es, claramente, no, sobre todo si la aplicamos a un esclavo atado al banco de remos de una galera romana, aunque también podremos afirmar que la responsabilidad puede ser, sin interpretación matemática exacta, proporcional al grado de libertad disponible. En cuanto a la segunda pregunta, libertad sin responsabilidad, hay que matizarla antes de responder. El grado máximo de libertad parece ser la libertad sin responsabilidad, cuando el actor no está constreñido o limitado por ningún agente ni criterio limitante. Ahora bien, en cualquier escenario, como mínimo las condiciones iniciales, como en cualquier problema matemático son, para el sapiens, limitantes y restrictivas por naturaleza, de modo que, habiéndolas siempre, sean fisiológicas, económicas, estéticas, éticas, físicas, etc , cualquier actividad  se verá, en todos los casos, incluidos los que parecerían puramente mentales, como la poesía o el arte, sujeta a la supervisión de las entidades que las materializan ,sea el editor de los poemas, el marchante de los cuadros, la superficie o el espacio disponible,  o cualquier otro dato o agente que intervenga en el proceso de creación o distribución. En resumen, vivimos y actuamos en un universo y régimen de responsabilidades ineludibles, seguramente ligado a nuestra esencia  de seres limitados. Pero este tipo de responsabilidad, más bien física o material no es la que aquí nos interesa sino la que debe ser explicada ante una entidad capacitada para exigirla, un ser o entidad,  sapiens o no, ante la que rendir cuentas. Y esta es la responsabilidad que molesta y la que queremos eludir como sea, si es posible. Puede ser Dios, la autoridad de la especie, o la propia conciencia. En general se responde por lo que se ha recibido en régimen de préstamo o donación. Y en general también, cuanto somos y tenemos tiene el mismo aspecto que una donación o un préstamo. Vida, cuerpo, mente, familia, bienes, saberes... ¿ han sido autodonaciones o efecto de nuestro esfuerzo, sabiduría y trabajo ? Para muchos, basta este punto de vista axiomático para descubrir la dependencia real de nuestro  ser y sus anexos de algún donante anónimo o un benefactor oculto en la maraña del darwinismo reinante ; algunos prefieren como padre creador al azar, contradicción, y como madre a la famosa fluctuación de una nada contradictoria o, llegando al límite, apelarán a su libertad de elección, aceptando la causa ( la libertad) pero negando el efecto o consecuencia ( la responsabilidad).
Hasta aquí,  estamos considerando la responsabilidad sólo como negativa, tan negativa como un electrón. Sin embargo, es  casi seguro que existirá el protón. Porque, si respondemos, aunque a regañadientes,  de lo malo, ¿ acaso no podremos presentarnos como autores de lo bueno ?

cefas

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Re:Algo más que sapiens
« Respuesta #18 : Enero 28, 2024, 11:44:50 am »
Supongo que te refieres a que la libertad, con su perrillo faldero la responsabilidad, actúa en ambas direcciones: cuando se obra , digamos mal, el perrillo faldero muerde y si obramos bien, nos achucha y lame... Desde luego, no puede ser de otro modo. La responsabilidad debe obrar en ambos sentidos, penando el mal uso de la libertad y premiando el bueno. Pero antes, deberíamos aclarar cómo se diseña el campo de actuación de la libertad frente a las diversas opciones que se ofrecen al individuo. Si existe libertad es porque hay opciones diversas entre las que elegir. Unas se podrán definir como adecuadas, justas, buenas en general y otras inadecuadas, injustas o malas en general, sin olvidar las neutras o incalificables. Ahí tenemos otro gran problema. Quienes no admiten la libertad, no participan en este proceso, pero el resto debemos o deberíamos, si hubiera tiempo y lugar, definir los criterios que permitan descubrir el perfil, color o cualidad moral o ética de cada opción. Pongamos un ejemplo: salgo al campo y me encuentro un niño que llora perdido. Las opciones, resumidas, son dos: recogerlo y acompañarlo en busca de sus padres o alternativamente, mirar para otro lado y dejar que sea otro quien lo haga. Soy libre, debo optar, y en mi opción se incorpora la responsabilidad por elegir bien o mal. Y llegamos así a la noción de bien y mal, correcto o incorrecto, punible o premiable... Dependiendo de mi formación ética o religión, los criterios serán distintos, sean cristianos, judíos, musulmanes, budistas, y un largo etcétera. Aunque los humanos civilizados de hoy tenemos ya, afortunadamente, un acervo común de criterios humanitarios, morales, básicos, cada uno puede actuar de modo ligeramente distinto en modo bondad o en modo maldad, generando, en la vertiente de la responsabilidad asociada, derecho a recompensa o a derecho a castigo. Casi todo el mundo aceptamos la existencia de ese derecho y de  la justicia o lógica del sentido que damos a la responsabilidad, premio o castigo, pero, por desgracia, en algunos campos aún no hay suficiente acuerdo, por ejemplo en aspectos como la violencia, la venganza, la guerra y  otros. Sea como sea, parece universal la aceptación de la responsabilidad y, por ende, de una libertad previa. Y desde luego, no conozco ningún policía, juez o gobernante que lo dude. Creemos en la libertad y la responsabilidad de nuestros actos y de nuestras intenciones y deseos,... y somos penosamente conscientes de que muchos solo creen tan solo en la libertad.

cefas

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Re:Algo más que sapiens
« Respuesta #19 : Febrero 19, 2024, 11:45:19 am »
Tomamos como hipótesis inicial que  el cosmos ha sido creado por Alguien y con una finalidad determinada, que, filosóficamente considerada, debe contener el conocerle y agradecerle ser creado, respetando las leyes de lo creado y, adicionalmente, las normas complementarias que haya podido establecer a las distintas especies y criaturas, el sapiens entre ellas. Quedaría sobreentendido que el creado que acepte y cumpla esas normas, está cumpliendo las expectativas que el creador ha puesto en su obra y que, por lo tanto, gozaría de su beneplácito, lo que debe suponer que la criatura cumplidora, por una lado, se desarrolla según lo esperado y, por otro, puede gozar de alguna mejora o complemento del creador, por haber obedecido sus normas y seguido su voluntad. Así visto, empieza a aparecer, nítido y aceptable, el concepto inicial del bien y el mal, como la adaptación de la criatura, libre, a los designios que para ella tuvo su creador: Al haberla creado libre, como ocurre con los sapiens, pueden darse infinitas posibilidades, posibilidades que, por gracia o desgracia, casi todos comprobamos a diario ( ver temas sobre el mal en el mundo). La criatura que alcanza el ideal de su creador, como la obra de un artista satisfecho con ella, es seguro que será tratada con delicada atención y premiada, si era libre, por haber obedecido y haberse esforzado en cumplir lo marcado como objetivo vital para ella. La que no lo ha hecho, como una estatua malograda o un cuadro rasgado, en función del grado del estropicio, solo puede esperar ser desechada o, dependiendo del creador, recuperada y rehecha. Lo que queda claro es que la criatura no  puede reclamar , por sí misma, derecho a reparaciones y perdones, que siempre serán, en definitiva, gratuitos. No podemos entrar en consideraciones particulares, como corresponde a la realidad de un mundo donde las condiciones vitales son tan diversas, pero en conjunto, el símil con el artista y sus obras puede orientarnos para comprender la razón y motivo del premio o el llamado castigo. La estatua , creada libre, que voluntaria y libremente se lanza al barro o se autolesiona, lo que puede esperar es acabar en un vertedero, mientras que la que cuida su estado y procura mejorarse, puede acabar luciendo en los salones del palacio. Y nadie se extraña de que tal cosa ocurra, salvo si es una estatua humana y asilvestrada que, negando la realidad de su dependencia de algún creador, no acata normas y se declara independiente y obra a su capricho, incumpliendo toda norma o ley. Declararse libre e irresponsable no suele servir de mucho incluso ante las autoridades humanas más ateas que podamos imaginar. La realidad de nuestra dependencia de las leyes naturales es tan brutalmente evidente que nadie en su sano juicio admite que cualquier conducta es igualmente válida, digna y aceptable. Basta convertirse en alcohólico, por ejemplo, o en asesino en serie, para comprobarlo. En resumen, el éxito o el fracaso de nuestra existencia como seres libres y responsables, el cielo o el infierno, el palacio o el vertedero son, cada uno a su escala y en una descripción sencilla, imágenes o versiones varias del binomio libertad y responsabilidad. Al ser sapiens, diríase que, acabada la vida, como una obra más del Artista Universal, seremos clasificados y tratados según una u otra alternativa. Y tiene que ser doloroso acabar en un vertedero, sobre todo cuando no hay en él posibilidad alguna de reparación y regreso o lo que algunos llaman otra ( más bien enésima) oportunidad.