Un país pobre en recursos naturales primarios, esos que se obtienen por medio del trabajo manual, azada, pico o pala, sudor y esfuerzo físico, debe recurrir a otro tipo de recursos para , no solo sobrevivir, sino para vivir y vivir bien y cómodamente. Y es sumamente improbable que ese país pobre pueda comer, vestir y vivir al estilo del ciudadano occidental del siglo XXI si sus ciudadanos , los de ese país de escasos recursos, no conocen y ejercitan las técnicas de producción de bienes propias de su época. Podríamos decir, siguiendo esta línea argumental, que un ciudadano , un país, debería vivir al mismo nivel que los recursos que es capaz de producir. Dicho de otro modo, se supone que un ciudadano saludable y capacitado, en promedio, debería conformarse con consumir los bienes que es capaz de producir. Por supuesto, no nos referimos a aquellos ciudadanos que, por motivos de edad, o carentes de salud o medios, ven frenadas o dificultadas sus posibilidades vitales y que merecen toda nuestra ayuda y solidaridad. Hecha esta salvedad, supongamos un país en el que , en promedio, sus ciudadanos no alcanzan a producir los bienes que consumen ( háganse una lista: comida, vestido, vivienda, sanidad, educación, ocio, medios de locomoción, comunicaciones, etc y todo de nivel siglo XXI, se entiende ). Está claro que, en ese supuesto, solo podrán mantener su nivel de vida endeudándose, siempre que sus vecinos, sus acreedores, lo admitan... La hipótesis alternativa, robando, es preferible no admitirla.
Lo habitual será que solo una parte de la población alcance el promedio, y el resto permanezca en la sección deficitaria. El tamaño relativo de ambas partes puede ser decisivo a la hora de sacar conclusiones y barajar hipótesis...Conozco un país en el que está admitido que el 30% de sus ciudadanos no alcanzan el nivel de enseñanza obligatorio, que proporciona las herramientas básicas para desenvolverse en la sociedad, lenguaje y poco más, pero con habilidades tecnológicas mínimas, insuficientes para el propósito de creación de bienes al que nos hemos referido antes.
Añadamos a esa situación que la exigencia formativa es mínima y que incluso los que superan esa barrera tendrán serias dificultades para entrar en el sector equilibrado entre producción y consumo. Tenemos un país , en tal supuesto, en el que la mitad aproximadamente, de su población, tendrá serias dificultades para seguir el ritmo de consumo que la sociedad actual propone como objetivo general, y que podría resumirse en : trabajo digno bien pagado ( 40 horas semanales , más de mil euros mensuales, un mes de vacaciones ), vivienda digna ( calefacción , agua, luz, TV, garaje y al menos un coche), sanidad y educación gratuitas, y un largo etcétera, etcétera bien alimentado por las promesas electorales de los salvadores de turno.
Conozco un país que responde casi exactamente a esas premisas: casi el 50% de su población ( solo) sabe servir una café o cervezas a un cliente, arrastrar un carrito eléctrico en un hipermercado, limpiar suelos, conducir un vehículo, cuidar a un anciano, pasear perros, ayudar en la cocina, etc., todos oficios muy dignos pero de limitado valor añadido( medido en moneda). Sin embargo, ese mismo porcentaje usa móviles de alta gama, Tv Smart TDT , servicios automatizados en casi todos los ambientes, sanidad de gran nivel científico, aviones y trenes , tecnologías punteras importadas de otros países, etc., todas cosas muy lejos de sus capacidades de producción.
Su último recurso para asegurarse poder disfrutar de esos bienes para ellos inalcanzables pasa por conseguir que se los pague el otro 50%, que sí es capaz de producirlos, ciudadanos que tras años de esfuerzo y estudio ( Educación adecuada) han logrado ser sanitarios, técnicos, médicos, ingenieros, artistas, diseñadores, mineros ( con técnicas de minería actualizadas), labradores ( con tractores con GPS, riegos automatizados, hidroponías, invernaderos, polinizadores y controles biológicos de plagas), operarios industriales de maquinaria moderna, robots incluidos, y en resumen, todos aquellos que, formados y entrenados adecuadamente, son capaces de producir los bienes y servicios que todos, el 100% , desean consumir, como parte de lo que todos llamamos derechos fundamentales. La pena es que, entre esos derechos fundamentales, casi nadie, sobre todo de uno de los grupos del 50%, hable del derecho a formarse, a educarse, para no ser una rémora para el conjunto de la sociedad. Tal vez en el documento de identidad pudiera figurar esa clasificación funcional, la de ciudadano rémora o ciudadano de progreso. Naturalmente, a la hora de votar y elegir gobierno, el CR (ciudadano rémora) deberá votar al que le prometa el oro y el moro, extraído convenientemente vía impuestos, de lo que producen y ahorran, si les dejan, el otro 50%, constituido por los CP ( ciudadanos progresistas). La solución a todos estos dilemas, problemas y situaciones mal resueltas tiene un nombre: Educación.