Hoy, día 19 de mayo de 2024 celebra la Iglesia Católica la festividad de Pentecostés, que cierra el período pascual y da paso a lo que llamamos tiempo ordinario, que a su vez termina a las puertas del Aviento, preparando la memoria del nacimiento de Cristo, cuatro semanas antes...
La fiesta de Pentecostés rememora la venida del Espíritu Santo sobre los discípulos del Señor, reunidos en torno a María. Para los no cristianos en general, el Espíritu Santo puede no ser muy conocido y, de hecho, a nivel mundial, la idea genérica de Dios puede estar muy difundida pero a la vez, ser poco explicita para muchos en algunos aspectos, como puede ser el conocimiento de esta Tercera Persona de la Santísima Trinidad cristiana. En Hechos de los Apóstoles se contienen los detalles de los sucesos vividos por aquellos primeros cristianos ese día, y los efectos trascendentes que les siguieron, de gran importancia en el desarrollo inicial de lo que fue después la iglesia cristiana primitiva. Para los no iniciados, muchos de los millones de personas que cada día inundan los templos cristianos, fotografiando todos los detalles que les parecen interesantes, tal vez debamos recordar que la representación más corriente de la Trinidad de Dios es un grupo formado por la Primera Persona, el Padre, bajo la forma de un anciano, al que acompaña la Segunda Persona, el Hijo, un joven varón, en el que es fácil reconocer al Hijo, el Verbo, encarnado en Cristo Jesús. La Tercera Persona suele ser representada como una blanca paloma de alas extendidas, situada en el centro, que evocaría el Espíritu Santo. Ni que decir tiene que tanto la forma de representar al Padre como al Espíritu Santo no deja de ser una manera de alcanzar a formarnos una idea que podamos manejar mentalmente y que de alguna manera evoque lo que del Padre y el Espíritu Santo nos ha sido revelado. Este grupo escultórico, está casi siempre en el punto más alto y central de nuestros retablos y conjuntos arquitectónicos religiosos, como era de esperar.
Al celebrar hoy Pentecostés, los católicos rezamos un himno, propio del día que, en latín, dice así:
Véni, Creátor Spíritus,
mentes tuórum visita,
imple supérna grátia,
quae tu creásti péctora.
Qui díceris Paráclitus,
altíssimi donum Dei,
fons vivus, ignis, cáritas,
et spiritális únctio.
Tu septifórmis múnere,
dígitus paternae déxterae,
tu rite promíssum Patris,
sermóne ditans gúttura.
Accénde lumen sénsibus;
infunde amórem córdibus,
infírma nostri córporis
virtúte firmans pérpeti.
Hostem repéllas lóngius,
pacémque dones prótinus;
ductóre sic te praevio
vitemus omne noxium.
Per te sciámus da Patrem,
noscamus atque Filium;
teque utriúsque Spíritum
credamus omni témpore.
Su traducción, en " Nuestro idioma, el latín".