R:92 de Tinog, incluído aquí con su permiso.
<"Hola agustin44:
Después de leer las ideas que expones del libro: La Visión del Pasado, creo que para completarlas vale la pena considerar la parte final del Capítulo EL FENOMENO HUMANO de ese libro póstumo del Padre Teilhard de Chardin, con sus planteamientos que considero de gran actualidad:
Interpretación del fenómeno humano, explica Teilhard de Chardin:
"Como punto de partida para esta nueva exposición, tomaremos el hecho bien establecido de que el conjunto de los fenómenos físicos conocidos se halla dominado por la ley enormemente general de la Entropía, es decir, de la caída o disminución de la energía utilizable. La Termodinámica enseña que en el curso de todo trabajo hay una parte de energía que se disipa bajo forma de calor no recuperable, tanto que la capacidad de acción del Universo material poco a poco se va saturando. Dentro de las perspectivas atómicas .. este gran fenómeno del nivelamiento de la energía útil del Universo está ligada a una distribución heterogénea de elementos corpusculares (heterogeneidad que produce "diferencias de potencial", por lo que el juego de las probabilidades tiende inexorablemente a redistribuir estos elementos de un modo más probable, es decir, homogéneo, en el que las capacidades de acción se neutralicen y se anulen, dentro de una especie de tibieza universal. Lo que es muy curioso en la Entropía (además de su generalidad) es que , propiamente hablando, no es una ley como las demás, que exprese condiciones absolutas de equilibrio en un momento dado. Manifiesta una deriva universal de los fenómenos materiales a través de la duración. Traduce en fórmula algebraica una corriente histórica: la marcha de la Materia hacia las condiciones y las disposiciones más probables. En este sentido tiende un puente entre la Física matemática y las Ciencias naturales.
Una vez dicho esto, dejemos por un momento la Entropía y volvamos a los vivientes. En términos físico-químicos, los fenómenos vitales vienen esencialmente caracterizados (precisamente a la inversa de los de Materia) por una evolución hacia lo menos probable. Improbabilidades en las moléculas enormes y además inestables que acumula la materia orgánica: improbabilidades en la estructura increíblemente complicada del menor Protozoario; improbabilidades de órdenes rápidamente crecientes en la construcción de Animales superiores y en el desarrollo de éstos en tipos variados y progresivos a través de las edades geológicas; en fin, improbabilidades supremas de la aparición , la conservación y la organización terrestres del pensamiento ....
El Hombre se halla sostenido por un andamio pavoroso de improbabilidades, a las que aumenta un piso más cada nuevo progreso.
Ante este hecho enorme, indiscutible, la subida regular de una parte del Mundo hacia los estados improbables, la Ciencia ha intentado hasta ahora cerrar los ojos o desviarlos. ¿Improbables las construcciones de la vida? Por tanto, fortuitas y carentes de interés para la especulación y el cálculo. Y la vida continúa estando fuera de la Física como un remolino extraño, aberrante, nacido por accidente en el curso, primitivo y definitivo, de la Entropía.
Ahora bien: ¿no habrá otra posible perspectiva y que surja incluso por sí sola al ser halladas las palabras más simples que pueden traducir nuestras experiencias del Universo? Si en el Universo nos hallamos en presencia de dos importantes movimientos de unidades elementales, el uno hacia lo más probable, el otro hacia lo menos, ¿por qué no intentar ver, en esta corriente doble, dos fenómenos con la misma generalidad, la misma importancia, el mismo orden, las dos caras o los dos sentidos de un mismo acontecimiento extremadamente general?
¿Por qué, en resumen, la Vida no habría de ser un doble (a modo de espejo) o lo inverso de la Entropía?
Evidentemente, para ser elevada a la dignidad de la segunda corriente fundamental del Mundo, la Vida tiene en contra de sí misma sus apariencias de limitación espacial y de fragilidad extremada. Se puede formular la siguiente objeción: ¿Cómo puede compararse la película inestable de espontaneidades circunscritas, que ha envuelto a nuestra Tierra chica, tras una serie inverosímil de azares, con los despliegues formidables, irresistibles de la energía cósmica? Nos cuesta trabajo equilibrar dos magnitudes tan manifiestamente distintas. Pero ¿no será debido a que no comprendemos bien las lecciones del Fenómeno humano?
Mientras la Vida permanece envuelta en sus formas "instintivas", es posible intentar reducirla a mecanismos con mayor o menor verosimilitud. Pero en el Hombre estalla con con propiedades absolutamente irreductibles a las leyes de la Física que respeta y utiliza . En el Hombre, la Vida llevada hasta el Pensamiento, se revela como una faz sui generis de los poderes del Mundo. Esta energía nueva está rigurosamente localizada en sus manifestaciones .. parece ser irrisoriamente débil; pero la seguridad de los pasos que, sin pausa, la han llevado hasta la Humanidad no revela la acción y escapa por ello a las amenazas del simple azar .. la Materia se disimula bajo la paciente infalibilidad de la ascensión de los vivientes. Hemos adoptado la costumbre, un poco infantil, sin duda, de situar entre las combinaciones más probables el equilibrio final, la solidez del Mundo. Quien sabe si no haríamos bien en volver del revés la escala de valores, es decir, preguntarnos si la verdadera estabilidad, el verdadero conocimiento del Universo no habrán de buscarse en la dirección en que crece lo Improbable ...
En nosotros y en torno a nosotros, como a vista de pájaro, se desarrolla un fenómeno psicológico de gran alcance ..: el despertar del sentido humano ... el reconocimiento implícito del Fenómeno humano ... las leyes que rigen físicamente los progresos de la corriente "improbable" en el Universo, se expresan en el nivel del Hombre, en términos de moral y de Religión.
Moral y Religión parecían ser absolutamente extrañas a la Física (e incluso a la Biología) en un Cosmos reducido al solo dominio de las leyes de probabilidades y de los grandes números ...; la una y la otra se hallan en rigurosa conexión con la verdadera conservación y los progresos auténticos del Universo.
La marcha de los conocimientos humanos (tal será la última palabra de este breve ensayo) parece dirigirse resueltamente hacia un estado en el que reunidos poco a poco los diversos compartimentos del saber experimental, centrada sobre el Hombre que conoce, y sobre el Hombre objeto de conocimiento, (nos conduce a que:) no habrá más que una sola Ciencia de la Naturaleza (1).
(1) ... dos físicos conocidísimos, Compton y Heisenberg (indican): "Hemos encontrado poderosas razones para creer que, a pesar de su insignificancia física, el Hombre podrá ser de extraordinaria importancia en el esquema cósmico" (2) ..."
(2) Esta idea, esbozada en 1930 por estos dos grandes físicos, llevó a su vez a otros físicos, casi cincuenta años después, encabezados por Brandon Carter, a plantearse lo que denominaron El Principio Antrópico, el cual, en linea con lo que dijo Teilhard de Chardin, indica que: "La única manera de explicar nuestro Universo es por nuestra presencia en él ... las cosas son como son porqué Nosotros somos" (3).
(3) Brandon Carter y otros físicos, entre quienes estuvo Stephen Hawking (quien coincidió con ellos, en ese entonces).">