diosoazar

Hoy es San Isidro, un santo muy español y madrileño, y por ello, supongo, poco conocido en el extrarradio eclesial. Un santo castizo, popular, sencillo en su vida, común como la del común de los mortales. Y labrador, pero labrador no de su hacienda sino fundamentalmente trabajando en las haciendas de otros, un obrero del campo, vamos. Y siendo obrero del campo y careciendo de una hacienda conocida, pocos milagros económicos pudo hacer. Sin embargo, su vida sencilla en apariencia fue una vida cercana a Dios , piadosa y llena de virtud: Le acompaña su esposa, también santa, María de la Cabeza, cuyo proceso de canonización parece que se unió al de su esposo, allá por el siglo XVI, año 1567, coincidiendo con los inicios del proceso de canonización de san Isidro. En resumen, un matrimonio de santos esposos, como María y José, Joaquín y Ana, y no se me ocurren más... En España , San Isidro es santo de mucha veneración y muchos pueblos lo tienen por patrono, celebrando su fiesta por todo lo alto. Y San Isidro, a menudo, lo agradece regando por su cuenta los campos durante estos días. Ayer mismo llovió abundantemente en esta zona donde al menos dos pueblos cercanos celebran fiestas hoy. De Madrid, capital, de la que es patrono muy conocido y donde se le venera con múltiples festejos tradicionales, veremos mañana si también ha tenido parte en el reparto de agua, tan vital en estos días del final del ciclo vegetativo del cereal. Por lo demás, el mundo agrario, del que vivimos todos,  teniendo un patrono del  mismo gremio, alguna ventaja tiene que tener. Y como prueba de esta devoción popular, en la gran mayoría de las iglesias españoles del agro lucen lindas estatuas de Isidro y sus bueyes aradores, aquellos que, cuenta la tradición, araban guiados por un ángel mientras Isidro trataba sus asuntos con Dios.... Incluso a Cefas acaba de regarle generosamente un huertecillo donde apura sus músculos para mantenerse en forma. Gracias, Isidro y hasta mayo de 2025, si Dios quiere.

Continuación del mensaje anterior:

De lo que menciona la IA GPT en los últimos párrafos del mensaje anterior se desprende que, con los elementos que tiene  la ciencia actual para poder explicar de forma lógica y coherente cómo ha funcionado el universo desde el origen ( muchos millones de años antes de que apareciera la mente humana ), el universo tuvo que haber operado en forma lógica ( de acuerdo con los principios del pensamiento racional ). Estos principios, según la IA, no podrían haber existido separados de una MENTE ... En resumen de lo anterior se infiere la existencia de esa MENTE que dejó su impronta ( su sello ) en el Cosmos, al poseer éste, un funcionamiento lógico  y racionalmente inteligible, desde hace eones, mucho antes de que el hombre existiera ... A esta MENTE   ( con mayúscula ), respetuosamente le llamamos DIOS.

Lo que sigue, que sea solo por romper una lanza, que ya vengo rompiendo inútilmente varias veces, en defensa de la esencial variabilidad cuasi caótica del clima. Ahora que a diario se nos vende la amenaza del calor creciente como único, invencible y definitivo final probable de nuestra especie, mi lanza debilitada me retrotrae a las últimas décadas del pasado siglo, y me recuerda un primero de mayo, siendo joven, de excursión por la rivera de un río de montaña del norte de España, disfrutando, se dijo entonces, de unos deliciosos treinta grados centígrados. Ahora se diría, probablemente, que ese día se habían roto todos los records de temperatura y que esos treinta grados marcaban el ascenso imparable de un calentamiento que nos llevaba derechos al asador planetario en que nos creíamos seguros. Hoy, en la misma zona y unos días más tarde, más próximos al solsticio de verano, solo esperamos veintisiete y el comentario del experto es el de moda, calor, calor, demasiado calor, supongo que porque si dice lo contrario se expone al paro inmediato.  Así que dejo constancia de los veintisiete grados de hoy y que cada uno coloque el comentario que le plazca. En realidad, por fortuna, ningún meteorólogo actual sabe hacia donde camina exactamente el clima, ni siquiera si camina de algún modo, hacia un calor abrasador o hacia una nueva glaciación imprevista, repentina, imparable y, como casi todo lo imprevisible, catastrófica. Algo podemos, debemos y sin duda hacemos cada uno cada día por mejorar el planeta pero, como dice el saber popular, que sea y será lo que Dios querrá.

Apagada, por el momento, la escalada con Irán, Israel sigue empeñado en su idea de acabar con Hamás en todo el territorio de Gaza. Entretanto, continúa el lento martirio de los inocentes de todas las guerras, los civiles pacíficos, y los cristianos que predican la paz y solo la paz. Luego hay otros cristianos que creen en el derecho, y tal vez a veces obligación, a defenderse. Y finalmente están los niños, que ni siquiera saben aún qué es ese horror que inventaron los mayores y que llaman guerra, hecha de miedo, ruido, explosiones, humo, sangre, dolor, ladrona que se lleva a la madre o al padre o a ambos y que hace desaparecer la comida del plato, el agua de las fuentes y el silencio y la paz de las noches tranquilas, casi olvidadas. Cuando todo esto termine, cuando Israel plante su bandera en el último bastión de Hamás y vuele el último de sus túneles, los que idearon y causaron el conflicto seguirán libres, muchos de los rehenes que tomaron habrán muerto en el cautiverio o asesinados y miles de niños y familiares de las víctimas habrán encontrado nuevas razones para seguir odiando a un enemigo que sufrirán como vecino otros veinte o treinta años, hasta el próximo estallido. Y así, ¿ hasta cuándo?.

No gana uno para sustos. Hoy, casi al final del día, alguien me sirve, frío, el siguiente teama:
Artículo de referencia: https://www.nature.com/articles/d41586-024-01144-y sobre el que hoy se publica reseña en algunos medios, con el siguiente tema: Algunos científicos sopesan muy seriamente la posibilidad de que muchas especies animales puedan tener conciencia de sí mismos y ser lo que ahora se llama seres sintientes.
En efecto, últimamente últimamente proliferan los científicos metidos a filósofos, cuyo nivel no discutiremos aquí, que opinan que todos los seres sintientes deben ser objeto de protección y dotados de derechos. Este es un campo que roza más o tanto la philosophia y la ética como la ciencia, porque la frontera entre la sensibilidad y la consciencia es difícilmente experimentable y hasta definible. Por otro lado, que sepamos, tanto la ciencia como la experiencia humana siempre han considerado que el mundo animal carece de algunas de las prerrogativas humanas como son la autoconsciencia y la capacidad de obrar libremente, y la responsabilidad consecuente, que serían exclusivas de nuestra especie en la tierra. Ayer mismo me atacó un perro que fue sujetado a tiempo por su dueño. Considero a los perros como buenos amigos del dueño ( no he dicho del hombre, como se suele), pero también los veo como un arma cargada que puede dispararse por su cuenta. Ese perro, a su modo, sintió que yo le iba a atacar y supongo que obró en consecuencia. Pero tengo que suponer que no entendió ninguna de las frases que le dirigió su dueño, considerando su insistencia en morderme. Sintiente, sí, pero su centro de sentir puede ser, en cierto modo, como el del chip detector de temperatura peligrosa que lanza su alarma cuando debe. No sé si esos científicos también considerarán al chip como sujeto de derechos, pero tampoco hay tanta diferencia con el perro. Con el humano sí. El humano puede retener su alarma, disimularla, mentirme, acercarse como para abrazarme y, en vez de un abrazo, darme dos , abrazos o mordiscos, qué más da. A partir de hoy dejad de molestar a los sintientes, comer carne, pisar hormigas, asesinar polillas de la ropa, eliminar mosquitos anofeles, ratas, especies invasoras, "to lo que se menea", que diría un castizo. Y tened cuidado, que la naranja que vais a partir, se va a desangrar sin lágrimas sobre vuestra mano y el plátano va a sufrir el terrible desgarro de su piel justo antes de ser devorado, sin anestesia previa. Queda claro: la profesión del futuro es anestesista.
Y en serio. El mundo de los seres vivos, es el mundo de las criaturas de Dios, de las que nos servimos y a las que amamos y respetamos. Causarles daño y dolor sin necesidad constituye una falta de respeto a su Creador y a los otros seres, hermanos nuestros en la obra creadora. Es como los cristianos vemos el mundo. Y hasta el hermano sol y la hermana luna forman parte de él. Y hasta el perro que ayer quería morderme debo verlo bajo ese punto de vista. Ni lo golpeé, ni me quejé al dueño, ni le guardo rencor. Solo hizo lo que tenía que hacer. Como lo hace la garrapata que cae sobre nosotros desde el árbol para sobrevivir con nuestra sangre. Sintientes, sí, pero autoconscientes, no. Responsables, los responsables somos los humanos.