Autor Tema: Relativismo e ideologia de género  (Leído 8068 veces)

cefas

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Re:Relativismo e ideologia de género
« Respuesta #15 : Julio 04, 2018, 01:24:30 pm »
Jesucristo llama hijos del diablo a quienes no creen en Él, son homicidas y no hay verdad en ellos (cf. Jn 8, 39-44). ¿Les suena alguien que cumpla las tres condiciones?
Pedro Trevijano Etcheverria – 02/07/18 7:14 PM
El Parlamento español acaba de aprobar, por una muy amplia mayoría, (todos menos el PP y UPN), el inicio de tramitación del Proyecto de Ley que concluirá con la legalización de la eutanasia. ¿Qué pensar de ello?
El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice sobre ella: «es moralmente inaceptable… es un acto homicida, que se ha de rechazar y excluir siempre» (nº 2277) y «la eutanasia voluntaria, cualesquiera que sean sus formas y motivos, constituye un homicidio. Es gravemente contraria a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador» (nº 2324). Para mí el problema está en que «donde ya no se adora a Dios, donde Él ya no es reconocido como el Señor de la vida y de la muerte, otros usurpan su lugar y ponen en peligro la dignidad humana» (YouCat nº 353). Esto lo entendí cuando en cierta ocasión una mujer me dijo: «soy sin religión, pero como el ser humano necesita creer en algo, yo en lo que creo es en los horóscopos». No pude por menos de pensar que cambiar Jesucristo por los horóscopos, no es precisamente una opción afortunada. Y es que, como decía Chesterton, cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa.
Pero la falta de sentido común y, con frecuencia, como consecuencia la presencia de la maldad, no es sólo a nivel individual, sino también colectivo. Así vemos como en nuestra Sociedad la ideología relativista no distingue el Bien del Mal, la Verdad de la Mentira, a la que llamamos post-verdad y nos quedamos tan anchos; lo que ayer era malo, hoy puede ser bueno y al revés. Al fin y al cabo no hay ningún Ser Supremo por encima del hombre y quien determina lo que ha de hacerse es el Poder. Ya en las tentaciones de Jesucristo una de ellas es la del Poder (Mt 4,8-9; Lc 4,5-8), tentación que actualmente se expresa cuando se lo busca a través del Partido y estamos dispuestos a obedecerle incluso cuando nos pide algo inmoral que va contra la conciencia y el sentido común, como sucede actualmente y no una vez sino muchas.
Recordemos la Ley del aborto, que convierte en derecho lo que, indudablemente, como nos dice la Ciencia y las ecografías, lo que se mata son seres humanas; las leyes de ideología de género, que se oponen directamente al sentido común diciéndonos que soy yo el que decide libremente si quiero ser varón o mujer, la pretensión de destruir el matrimonio y la familia, sin olvidar las aberraciones morales de fomentar el todo vale y la promiscuidad como si ello no tuviese consecuencias en el plano afectivo e incluso de la salud.
De momento lo último es la legalización en fechas próximas de la eutanasia. En este punto es necesario recordar que, como dicen en un reciente documento, nuestros Obispos de la Subcomisión de Familia y Vida y de la Comisión Permanente «nadie es dueño absoluto de la vida. No existe un derecho a disponer arbitrariamente de la propia vida. Por otro lado, no es posible entender la eutanasia y el suicidio asistido como algo que se refiera exclusivamente a la autonomía del individuo, ya que tales acciones implican la participación de otros, en este caso, del personal sanitario. Ya el juramento hipocrático afirma: «no daré ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso». La eutanasia es ajena al ejercicio de la Medicina y a las profesiones sanitarias, que siempre se rigen por el axioma de «curar, al menos aliviar y siempre acompañar y consolar». El artículo 36.3 del Código de Ética y Deontología Médica de la Organización Médica Colegial española afirma que «el médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa por parte de éste».
Aunque la eutanasia en sí es ya un homicidio, la situación se agrava si tenemos en cuenta que en los países donde ya es legal, con frecuencia se practica, como es el caso holandés, con personas que no la desean e incluso están en contra de ella. El decirnos que va a estar sujeta a controles estrictísimos, es una milonga que no se la cree nadie, y menos teniendo en cuenta los precedentes. Donde se aprueba la eutanasia, la vida de las personas mayores en los hospitales corre serio peligro.
Aquí en España puede pasarnos, mejor dicho, nos va a pasar lo mismo. Si voy a un hospital de la Seguridad Social, quiero estar seguro que se va a intentar curarme, no matarme. Si esta ley se aprueba y con la tendencia que hay al deslizamiento estoy seguro que, en poco tiempo, estaremos como en Holanda. Y no tengo ninguna gana de tener que llevar en mi cartera, como tantos ancianos holandeses, un documento que diga que en caso de enfermedad, no me lleven a un hospital. Personalmente lucharé con todas mis fuerzas contra la eutanasia y no tendré reparo en llamar presuntos criminales a todos los políticos que voten a favor de la eutanasia, porque aunque ellos digan que no es lo que pretenden, de hecho están favoreciendo objetivamente y dando facilidades a mi asesinato y al de los demás ancianos.
Por cierto, Jesucristo llama hijos del diablo a quienes no creen en Él, son homicidas y no hay verdad en ellos (cf. Jn 8, 39-44). ¿Les suena alguien que cumpla las tres condiciones?
           
Pedro Trevijano, sacerdote. De Infocatólica.com 4 de julio de 2018.
 

petrusdoa

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Re:Relativismo e ideologia de género
« Respuesta #16 : Agosto 05, 2018, 01:22:36 pm »
Ser político hoy en día, en las democracias occidentales más conocidas, alberga un peligro muy serio para la tranquilidad de su conciencia, peligro que, me temo, no es a menudo ni siquiera atisbado por quienes se dedican a la política y se autodenominan católicos. Se ve a veces el catolicismo como una religión que perdona todo o casi todo siempre y cuando se pase luego por la confesión, donde se perdona el pecado, se perdona al pecador y aquí paz y después gloria... y a esto puede contribuir la imagen que viene dándose en algunos ambientes donde el pecado de pederastia, por ejemplo, puede haber sido visto simplemente como una debilidad humana perdonable... El católico peca y, si se confiesa, es como si no hubiera pecado, todo queda perdonado, pìensa el poco informado. Y puede no ser verdad del todo. El católico puede pecar dando, por ejemplo, su voto a una ley injusta, una ley incluso asesina, una ley cuya aplicación supone una falta moral, y una vez aprobada la ley, su voto sigue activo facilitando la comisión de actos legalmente aceptables, pero moralmente inaceptables, de los que se ha hecho responsable. Y cuando acude a la confesión, incluso con propósito de la enmienda, debe saber que tiene obligación de reparar el daño causado, en la medida que pueda. Y ese político que aprueba una ley de eutanasia activa , de la que pueden pender muertes y muertes, debe saber que es responsable de ellas, según su grado de participación u otras circunstancias agravantes o atenuantes que se produzcan.
Por eso, supongo, muchos de mis amigos católicos no se han atrevido nunca a afiliarse a un partido político, donde la obligación de apoyar la línea de acción se lleva a rajatabla, sin que prevalezca la libertad de conciencia en las votaciones. Y los que se han atrevido, suelen aparecer en las tertulias defendiendo posturas extrañas, que parecen pensadas para justificarse, o eso nos parece a los demás. Y es que el voto en conciencia debería ser obligado en cualquier democracia que se preciara. Si yo fundara un partido político, y aún a riesgo de fundar algo extrañamente inoperante en el mundo actual, declarararía básico ese derecho al voto en conciencia. Y si hubiera votado alguna que otra ley, por ejemplo la del aborto, debería ser consciente de que soy partícipe en el mal moral que esa ley produce a diario... lo cual es poco tranquilizador.

petrusdoa

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Re:Relativismo e ideologia de género
« Respuesta #17 : Octubre 30, 2018, 10:24:54 am »
De www:Infocatólica.com
Todavía hay jueces en España
El problema de estas leyes es que pretenden imponernos obligatoriamente el pensamiento único de la ideología de género, pisoteando un montón de los Derechos Humanos reconocidos en la Declaración de la ONU de 1948 y la Constitución.
Pedro Trevijano Etcheverria – 24/10/18 10:40 AM
En el primer libro de Reyes, en el capítulo 21 se nos cuenta la historia de Ajab, rey de Israel, quien pidió a Nebot, su vecino, que le vendiese su finca. Ante su negativa, Ajab, instigado por su mujer Jezabel, mató a Nebot y se quedó con su finca.
Siglos más tarde, la historia se repite, pero con otro final. El rey Federico II de Prusia, para construir su palacio en Postdam, quiso comprar la finca vecina donde había un molino. Ante la amenaza del rey de expropiarle, el molinero recurrió a la Justicia que le dio la razón e hizo exclamar al rey: «todavía hay jueces en Berlín». El molino, auténtico monumento a la Justicia, sigue existiendo hoy.
El 14 de julio del 2016, la Asamblea de la Comunidad Autónoma de Madrid aprobó por unanimidad, salvo dos ausencias del PP la «Ley de protección integral contra la LGTBIfobia y la discriminación por razón de orientación e identidad sexual en la Comunidad de Madrid». La Ley se publicó el 21 de julio de ese año, en el Boletín Oficial de la Asamblea de Madrid. Hoy, leyes en el mismo sentido han sido aprobadas por la mayor parte de las Comunidades Autónomas y por el Parlamento Nacional las Leyes Orgánicas 2/2010 y 11/2015 de Salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo.
El problema de estas leyes es que pretenden imponernos obligatoriamente el pensamiento único de la ideología de género, pisoteando un montón de los Derechos Humanos reconocidos en la Declaración de la ONU de 1948 y la Constitución. Ello llevó al Director del Colegio Católico Juan Pablo II de Alcorcón a mandar una Carta a los padres de los alumnos diciéndoles que la tal Ley es incompatible con el Catolicismo, (como así es), y por tanto no pensaba obedecerla. El resultado fue una sanción de mil euros, pero lo que estaba en juego era, mucho más que la cuestión económica, la cuestión de los principios y derechos. En concreto esta Ley inspirada por una antropología no adecuada que niega la diferencia sexual varón-mujer y la unidad de la persona cuerpo-espíritu, se halla en contradicción con la moral natural y con la recta razón, pretendiendo anular la enseñanza pública de la Iglesia (cf. Carta a los Romanos 1, 24-27; Primera carta a los Corintios 6, 9-10; Primera carta a Timoteo 1, 10, etc., el Catecismo de la Iglesia Católica nn. 2357-2359) y el resto del Magisterio de la Iglesia referido al designio de Dios sobre el varón y la mujer.
Por ello creo que para los católicos y las personas con sentido común que no aceptamos que el sexo lo decide el interesado según le venga en gana, ha sido una gran noticia, por cierto silenciada en casi todos los medios de comunicación, el saber que la Justicia da la razón al colegio Juan Pablo II y condena a la Comunidad de Madrid por su ley LGTBI a devolver el dinero cobrado con sus intereses y a pagar las costas del juicio.
La sentencia defiende «el derecho fundamental a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas u opiniones no sólo mediante la palabra o el escrito, sino también mediante cualquier otro medio de reproducción» es decir defiende el derecho a la libertad de expresión, salvo ultraje o vejación, y condena a la Comunidad a pagar las costas. «lo que hace innecesario el examen de otras cuestiones así como el planteamiento de la cuestión de inconstitucionalidad expuesta en el último fundamento de la demanda». Pero al menos en un punto la Ley, en cuanto viola el derecho fundamental a la libertad de expresión, es anticonstitucional.
Es el primer gran mazazo que recibe la LGTBI de la Comunidad de Madrid y sospecho que en toda España. Además la sentencia es firme y no admite recurso.
Creo que esta sentencia animará a muchos, como pueden ser los psiquiatras, a no dejarse atropellar en el libre ejercicio de su profesión y a defender sus legítimos derechos. Como dice el Papa Francisco en la «Amoris Laetitia nº 56: «No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada».
Esperemos que en nuestro país y en otros muchos, esta sentencia sea el comienzo del fin de la diabólica y anticientífica ideología de género, una ideología que hace que la única especie en la que matar a las crías antes de su nacimiento sea no ya legal, sino un derecho, sea la especie humana. Esta sentencia me parece un gran paso en la recuperación de algo tan necesario como el sentido común. Por eso he titulado el artículo: «Todavía quedan jueces en España».
Pedro Trevijano
 
Archivado en: Educatio Servanda; Libertad de educación; Derechos Humanos

cefas

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Re:Relativismo e ideologia de género
« Respuesta #18 : Diciembre 22, 2018, 10:13:26 am »
De Infocatolica.com
El embrión y su dignidad
El embrión humano tiene desde el principio la dignidad propia de la persona y merece el respeto debido a ella, pues no es un potencial ser humano, sino un ser humano con potencialidad de desarrollo
Pedro Trevijano Etcheverria – 21/12/18 11:53 PM

El 22 de Febrero de 1987 la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó una «Instrucción sobre el respeto de la vida humana naciente y la dignidad de la procreación. Respuesta a algunas cuestiones de actualidad». Este documento, también llamado »Donum vitae» aborda toda una serie de problemas en torno a la fecundación artificial, el respeto debido a los embriones humanos, a las intervenciones sobre la procreación y a los principios que debe respetar la legislación civil. Veinte años más tarde, en el 2008, la misma Congregación publica una «Instrucción sobre algunas cuestiones de bioética», también llamada «Dignitas Personae» (IDP), en la que ratifica la doctrina de la «Donum Vitae»(IDV).
Estas Instrucciones tienen como objetivo salvar el respeto debido a la vida y dignidad que corresponde al embrión o feto humano y establecen el principio: «Todo ser humano debe ser acogido siempre como un don y bendición de Dios» (IDV II,1).
Es decir, para el Magisterio, todo ser concebido, incluso en el marco ilícito de la fecundación in vitro, debe ser respetado en su dignidad y en su derecho a la vida, por lo que está prohibido sacrificarle, aunque sea para curar a otro. Éste es el gran principio en el que se basa la Moral Católica en estas cuestiones. Hay que tener cuidado porque hay quien está intentando utilizar el término persona no ya como confín entre el universo humano y el no humano, sino de modo discriminatorio dentro del ser humano, entre una fase u otra de su desarrollo, realizándose además con los embriones in vitro pruebas, controles y modificaciones como si se tratase de un producto de laboratorio para uso científico e incluso comercial.
Es indudable que el investigador científico ha de tener clara la idea de que él no puede sin quebrantar la ley moral tratar a los seres humanos ya concebidos, como si se tratase de meros objetos. El embrión humano tiene desde el principio la dignidad propia de la persona (IDP 5) y merece el respeto debido a ella, pues no es un potencial ser humano, sino un ser humano con potencialidad de desarrollo, y por tanto no es una cosa ni un mero agregado de células vivas, sino el primer estadio de la existencia de un ser humano. Todos hemos sido también embriones. Por tanto, no es lícito quitarles la vida ni hacer nada con ellos que no sea en su propio beneficio.Recordemos que, incluso hablando de células embrionarias, la destrucción de una sola vida humana nunca puede ser justificada en términos de los beneficios que podría llevar a otro. No todo aquello que es técnicamente posible es moralmente admisible. El nuevo ser debe ser llamado a la vida en un contexto matrimonial y familiar, «donde es generado por medio de un acto que expresa el amor recíproco entre el hombre y la mujer» (IDP 6), y con estas técnicas hay el peligro de inducir a la idea de que procrear un niño es fabricarlo, pues el hijo vive por el artificio del técnico, con los riesgos de poder considerar a las personas como máquinas que se hacen, se reparan o se pueden rechazar cuando ya no dan satisfacción35. En estos temas la Iglesia suele oponer los términos «procrear», algo natural y lícito, y «producir», algo en sí ilícito. Hemos de insistir en que el hijo no es un derecho, sino un don»(Catecismo de la Iglesia Católica nº 2378).
No existe por tanto un derecho a la procreación; sí existe, por el contrario, un derecho a que el ejercicio de la procreación constituya un proceso humano que haga posible la realización de una procreación responsable, no siendo la descendencia un objetivo que puede pretenderse a toda costa, pues es el bien del hijo el criterio guía de todos los problemas entorno a la fecundidad. Engendrar debe ser el fruto de una donación de amor entre los progenitores, es decir una realidad mucho más profunda que un mero producto técnico, aunque sea la capacidad biotecnológica de hacer surgir una nueva vida en el laboratorio. Hoy que se habla tanto de calidad de vida es indudable el derecho del niño a ser un testimonio vivo de la donación recíproca de sus padres y tener desde el comienzo de su vida unos padres que le ofrezcan intimidad, seguridad y amor.
Una consecuencia de esto es la ilicitud de la inseminación post-mortem, rechazada no sólo por la Iglesia (IDV III), sino por casi todas las legislaciones, salvo la española, que la admite en los seis meses posteriores a la muerte del marido y si éste ha dejado un documento escrito que lo permita.
Pedro Trevijano, sacerdote
 

Polaris

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Re:Relativismo e ideologia de género
« Respuesta #19 : Febrero 06, 2019, 01:58:49 pm »
El domingo 3 Feb La Iglesia en México pasó un comunicado sobre la IDEOLOGÍA DE GENERO diciendo que es: "El Mayor Mal de la Actualidad"

El Papa Francisco nos dice :

"Adoctrinar niños con ideología de género es una maldad."

Por su parte el Papa Emérito Benedicto XVI nos dice:

"Promover, aceptar, permitir y difundir esta ideología es un pecado grave que atenta contra Dios mismo y la creación de Dios.
La ideología de género es la última rebelión de la creatura contra su condición de creatura.
Con el ateísmo, el hombre moderno pretendió negar la existencia de una instancia exterior que le dice algo sobre la verdad de sí mismo, sobre lo bueno y sobre lo malo.

Con el materialismo, el hombre moderno intentó negar sus propias exigencias y su propia libertad, que nacen de su condición espiritual.
Ahora con la ideología de género el hombre moderno pretende librarse incluso de las exigencias de su propio cuerpo: Se considera un ser autónomo que se construye a sí mismo; una pura voluntad que se autocrea y se convierte en un dios para sí mismo."

A

Benedicto XVI

"La ideología de género considera como enemigo la diferencia hombre-mujer, dice que, no existen sexos, sólo roles, y orientaciones sexuales, que se pueden cambiar en la vida todas las veces que se quieran.

Esta ideología propone la búsqueda de "la liberación total" de las relaciones familiares, de la reproducción, de la sexualidad, de la educación, de la religión, de Cristo etc. Y cuando el hombre se libere de todo eso -dicen- será libre., ¿será libre?, la libertad para los que defienden esta ideología es: la lujuria, promiscuidad, aberraciones sexuales, y la perversión.
No puede dialogarse con los defensores de esta ideología, la ideología de género es un sistema cerrado contra el cual no hay forma de argumentar, ni de establecer un diálogo.

Esta ideología considera la religión como un simple invento humano y sostiene que las religiones principales fueron inventadas por los hombres para oprimir .... Toda propuesta religiosa ajena a la ideología de género se tacha de fundamentalista. Para esto intentan de-construir la figura de Cristo, diciendo que es una pura construcción histórica, sin base real.

El propósito de la ideología de género es eliminar a la familia biológica, también eliminar la necesidad de la represión sexual (entendida como auto-control en el aspecto sexual) . La homosexualidad masculina, el lesbianismo y las relaciones extramaritales ya no se ven como prohibidas, de acuerdo a esta ideolgía.”
« Última Modificación: Febrero 06, 2019, 07:22:13 pm por Polaris »

cefas

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Re:Relativismo e ideologia de género
« Respuesta #20 : Junio 26, 2022, 04:11:14 am »
 Jaime Mayor Oreja en la presentación de NEOS
La batalla cultural
Hoy hay dos opiniones prevalentes: quienes niegan o prescinden de Dios y los creyentes que defienden los valores del Humanismo Cristiano.

Pedro Trevijano Etcheverria – 25/06/22 4:39 PM

El jueves 16 asistí a la presentación de NEOS en La Rioja. Es una Asociación, que dirigida por Mayor Oreja y María San Gil pretende dar la batalla en defensa de los valores del Humanismo Cristiano.

Y es que hoy hay dos opiniones prevalentes: quienes niegan o prescinden de Dios y los creyentes que defienden los valores del Humanismo Cristiano. Es por tanto en torno al papel de Dios y a los conceptos de verdad y libertad donde se está librando la gran batalla ideológica de nuestro tiempo.

Con el paso del tiempo las teorías relativistas y positivistas un tanto oscurecidas tras la Segunda Guerra Mundial han vuelto a tomar auge. Si Dios no existe, nuestros derechos fundamentales encuentran como único fundamento el Estado, es decir el Gobierno de turno y no hay una Verdad objetiva que el hombre deba buscar. El relativismo intenta crear un nuevo tipo de ciudadanos, buscando liberar al hombre de sus ataduras más profundas, incluso las ligadas con la propia naturaleza humana. Se trata de realizar una libertad sin constricciones.

Un muy conocido relativista, don José Luis Rodríguez Zapatero, decía: «La idea de una ley natural por encima de las leyes que se dan los hombres es una reliquia ideológica frente a la realidad social y a lo que ha sido su evolución. Una idea respetable, pero no deja ser un vestigio del pasado». Es decir, en su concepción relativista, como Dios no existe, la Izquierda, seguida actualmente por todos los Partidos políticos con representación parlamentaria, tras la caída del Muro de Berlín, ha buscado nuevos referentes ideológicos y ha creído encontrarlos en lo que ellos llaman los nuevos derechos humanos, especialmente en la Ideología de Género.

En cambio, la concepción cristiana, es también llamada jusnaturalista, por su defensa de la Ley y el Derecho Natural: «La Ley natural expresa el sentido moral original que permite al hombre discernir mediante la razón lo que son el bien y el mal, la verdad y la mentira» (Catecismo de la Iglesia Católica nº 1954). El primer principio ético con el que nos encontramos es el de que hay que hacer el bien y evitar el mal.

Por ello hay un problema: sus nuevos derechos humanos son contradictorios con los verdaderos derechos humanos, con los artículos de la Declaración Universal. No nos extrañe que en la Exhortación Apostólica «Sacramentum Caritatis», Benedicto XVI diga: «Obviamente, esto vale para todos los bautizados, pero tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas. Estos valores no son negociables (nº 83)». Es decir los puntos de discrepancia fundamentales son la vida, la familia, la educación de los hijos y el bien común.

La Ideología de Género cuenta con una gran ventaja: sus ilimitados recursos económicos. Pero tiene grandes desventajas: carece de sentido común y de principios morales. Su desacuerdo con la Ciencia es total y hunde incluso aquello que dice defender. Cuando me enteré de lo que era no pude por menos de pensar el absurdo que por mi propia voluntad pueda ser mujer y, sobre todo, que es el fin del deporta femenino, como se han dado ya cuenta las Federaciones Internacionales de Natación y Ruby, a las que supongo seguirán las demás. Pero sobre todo cada vez más gente se da cuenta de sus numerosos disparates y empieza a reaccionar, como ha hecho el Tribunal Supremo de Estados Unidos en relación con el aborto, o el 99´88 de los argentinos que se consideran varones o mujeres.

Pedro Trevijano, sacerdote
Ex Infocatolica.com
 

cefas

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Re:Relativismo e ideologia de género
« Respuesta #21 : Febrero 15, 2023, 04:20:43 am »
El relativismo ( Negación de la existencia de verdades absolutas. Teoría que sostiene el carácter subjetivo, relativo y condicional del conocimiento humano). solo tiene de importante y serio la R mayúscula con la que, gratuitamente, se le reconoce importancia. En realidad, el relativismo es, en sí mismo, expresión de la ignorancia en su máxima pureza.  A falta de un conocimiento, serio o jocoso, sobre un tema, se permite al autor actuar según su propio criterio, sus opiniones. No se puede conocer la verdad, actuemos según nos parezca oportuno. Llevado a su práctica sincera, un relativista no debería tomar medicamentos ni atreverse a opinar asertivamente sobre nada. Todo lo más, se le podría admitir que expresara sus dudas sobre todo, incluidas sus propias dudas, si es que lo son, que tampoco serían ciertas del todo. Tenemos un ejemplo en el aborto, predicado como derecho de las féminas, basado en al menos dos de sus verdades relativas, que existe un derecho sobre el propio cuerpo  y que el feto es su propio cuerpo. Pero si son verdaderas ( incoherentes) relativistas, no pueden estar seguras de nada. Si fueran científicas, sabrían que el feto no es parte de su cuerpo, el óvulo sí lo era, hasta que fue fecundado. A partir de ese momento, el ADN del feto lo separó del cuerpo materno. Cualquier forense podría certificarlo y cualquier fiscal actuar en consecuencia. Pero no temáis. El relativismo no tiene escrúpulos. Salvo a la hora de comer, cobrar un sueldo o defender su postura, no creen en verdades reales. Solo creerá en las que le interesen en cada momento. Y entonces, no solo las creerá, dice, sino que las impondrá como verdades absolutamente incontestables. Y es más, últimamente ha descubierto una pócima eficaz que lo blinda contra nuestro error, casi delito,  por intentar descubrir el suyo. El delito de odio. Si se me critica, se comete delito de odio. Si aborto, solo ejerzo mi derecho. El relativismo es una contradicción en sí mismo, pues sí cree en una verdad absoluta: creerse absolutamente  razonable.
« Última Modificación: Septiembre 14, 2023, 01:47:05 am por cefas »

cefas

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Re:Relativismo e ideologia de género
« Respuesta #22 : Septiembre 14, 2023, 02:01:44 am »
A vueltas con el contrasentido de la ley trans española. estos días se ha publicado una noticia que tiene que ver, incluso con cierta dosis de humor negro, con el absurdo panorama legal que dicha ley está generando. Un individuo sujeto a un proceso de , digamos, presunto maltrato a la mujer, se declara a su vez mujer a sí mismo, exigiendo que al tratarla como tal, su presunto delito deje de serlo por tratarse, si se acepta su demanda, de violencia entre pares.. Como se ve, se originan situaciones que, de no ser trágicas, podríamos llamar jocosas. Y los autores de la ley, los aprobadores de ella en su momento, se irán de rositas, cuando acaben su mandato. Sus  errores, y en sus puestos de gobierno y legislación no deben admitirse,  no se tendrán en cuenta ni se le reclamarán responsabilidades por ellos. Guardando las distancias, aunque aquí también se van a producir daños graves a personas de toda edad y condición, niños incluidos, es como si a dictadores perversos bien conocidos, algunos legalmente instalado en el poder, no se les pidiera responsabilidades a posteriori. Inaudito, pero, al menos, probable. Imaginen que en todo un  país, todos los hombres pidieran ser mujeres, o todas la mujeres hombres. En menos de veinticuatro horas sería un país absolutamente indescriptible. Y a estas cosas se les llama leyes ?

petrusdoa

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Re:Relativismo e ideologia de género
« Respuesta #23 : Octubre 16, 2023, 02:28:43 am »
 Salmo 53,1
Sin Dios ni Sentido Común
El prescindir de Dios y de la Ley Natural significa como primera consecuencia dejar de tener como criterios morales el principio básico de que «hay que hacer el bien y evitar el mal», así como el que los diez mandamientos carezcan de valor.

Pedro Trevijano Etcheverria – 09/10/23 6:16 PM

Cuando uno habla con amigos o escarba en las redes sociales nota en muchos de ellos una intensa preocupación por la sarta de leyes aberrantes que han entrado en vigor en los últimos años.

¿Cuál es la causa de esta situación? Jesús, en la Última Cena nos lo declara: »Sin mí no podéis hacer nada» (Juan 15,30). En pocas palabras, nos advierte claramente que si prescindimos de Él, nos estrellamos. Y ese es el problema de la mayor parte d nuestra clase política: no creen en Dios, o, en el mejor de los casos, prescinden de Él. Y por ello dice Ratzinger que para ellos: «Dios no existe, y de existir, no tiene nada que ver con nosotros». Esta es prácticamente, la máxima del mundo moderno: «Dios no se ocupa de nosotros y nosotros tampoco nos ocupamos de Dios». Las obligaciones que teníamos ante Dios y el juicio divino han sido suplantadas por las que tenemos ante la Historia y ante la humanidad» (J. Ratzinger, «La sal de la tierra», Madrid, 137).

Al no existir o no preocuparse Dios de nosotros, la primera consecuencia es la no existencia de la Ley Natural. Como dijo Zapatero: «La idea de una ley natural por encima de las leyes que se dan los hombres es una reliquia ideológica frente a la realidad social y a lo que ha sido su evolución. Una idea respetable, pero no deja ser un vestigio del pasado». Es decir, en su concepción relativista, como Dios no existe, el orden social no se ve como reposando en las leyes de Dios o de la naturaleza, sino como resultado de las elecciones libres del individuo y del pueblo soberano. A nivel individual nos encontramos con el subjetivismo, el hecho que no hay ningún ser superior a mí y en consecuencia la no existencia de reglas generales.

El prescindir de Dios y de la Ley Natural significa como primera consecuencia dejar de tener como criterios morales el principio básico de que «hay que hacer el bien y evitar el mal», así como el que los diez mandamientos carezcan de valor. En cambio para nosotros los valores morales concurren al descubrimiento de la belleza y esplendor del amor, e indirectamente constituyen la mejor salvaguardia para la subordinación de la sexualidad al amor.

Otra consecuencia es que el sentido común deja de tener valor. Mientras matar a una rata o piropear a una mujer son delito, no lo son ni el aborto, n i la eutanasia, ni corromper a los menores, ni quitar la patria potestad a unos padres porque se oponen a que a sus hijos les cambien de sexo, ni poner una denuncia falsa a tu marido, ni la destrucción de la familia, porque en la ideología de género se concibe a la pareja humana como un ámbito de conflicto, transformando lo que debe ser una relación de amor, en una relación de conflicto. ni hacer apología de ETA, ni malversar fondos públicos, ni disminuir las penas o poner en la calle a violadores, ni dentro de unos días, amnistiar a quienes dan golpes de Estado. No podemos sino preguntarnos: ¿dónde queda el sentido común y cómo hemos llegado a tener semejantes dirigentes?

¿Qué hemos de hacer para que se respeten los valores? Ante todo dos cosas: creer en el valor de la oración y no creer que no podemos hacer nada. No nos avergoncemos de nuestras creencias y opiniones y sepamos dar testimonio de ellas, por ejemplo, cuando podamos pedir el pin parental, haciéndolo. En pocas palabras, no nos callemos.

Pedro Trevijano, sacerdote.( de Infocatólica.com)