Hola, sobre este tema me gustaría recomendar la lectura del libro "El Dios vivo y Verdadero. El misterio de la Trinidad."*.... Su autor el Dr. Luis F. Ladaria es Doctor Honoris causa por la Universidad Pontificia de Salamanca, arzobispo jesuita español, actualmente Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe y profesor en la Pontificia Universidad Gregoriana.
Dice el Dr. Ladaria
"En los últimos tiempos se ha vuelto a plantear el problema de la impasibilidad de Dios en relación con su inmutabilidad. Frente a la idea ciertamente cuestionable de un Dios únicamente trascendente y que está por encima de las vicisitudes del mundo, se ha puesto de relieve la implicación de Dios en la historia, su participación en los destinos del hombre..." "Pero sobre todo se ha de considerar el hecho de que el Hijo de Dios se ha encarnado, ha compartido por entero la suerte de los hombres, "probado en todo menos en el pecado"; (Heb 4,25; concilio de Calcedonia DS 301). K. Rahner defendió la idea de la inmutabilidad de Dios "en el otro", para tomar en serio la afirmación de Jn. 1,14 "El Verbo se hizo carne". Es el Logos el sujeto de este hacerse, según la afirmación bíblica, él es el sujeto del cambio y de la transformación, que experimenta en su vida humana, en nuestra historia. El que en sí mismo es inmutable, puede cambiar "en el otro", en la criatura; es decir, puede hacerse hombre, hacerse otra cosa en el tiempo."
Después aclara:
"Esta posibilidad no ha de entenderse como un signo de necesidad interna, de limitación, sino todo lo contrario, el culmen de la perfección divina, que sería menor si el Hijo de Dios no pudiera convertirse en algo más pequeño permaneciendo lo que es. No se trata por consiguiente de poner en duda la perfección divina y la inmutabilidad que de suyo le corresponde, sino de subrayar la capacidad de salir de sí por amor a los hombres. La necesidad de reexaminar el sentido de estas dos propiedades divinas viene de la consideración cristológica. El misterio de la encarnación obliga a reflexionar sobre el sentido de la inmutabilidad divina, el de la cruz sobre el de la impasibilidad. Se ve así la relación íntima que hay entre los dos. En realidad sería tal vez más adecuado reintroducir la noción bíblica de la "fidelidad" de Dios a sus designios de amor, que duran de edad en edad (Sal. 33,11), en medio de todas las vicisitudes de la historia humana".,,, "¿Puede Dios permanecer insensible al dolor, a la soledad, de Jesús su hijo en la cruz? ¿Y al sufrimiento de tantos hijos suyos en su Hijo a lo largo y a lo ancho de los tiempos y los lugares?"
*Luis F. Ladaria . "El Dios vivo y Verdadero. El misterio de la Trinidad." P. 393 y 394 - Secretariado Trinitario, Salamanca. 1998 Primera edición, 2000 Primera Reimpresión. ISBN 84-88643-40-3
Saludos