Voy a ponerme apocalíptico. No quiero decir, con eso, que lleve razón en lo que escriba, porque solo van a ser opiniones , o sea, juicios de valor sin valor sobre sucesos de los que desconozco lo esencial, pero a veces viene bien expulsar de la mente algunas de esas ideas que , ancladas allí por motivos que no es posible aclarar, piden paso un día tras otro sin que la prudencia o el temor a herir sensibilidades, se lo permitan. Veamos. La población humana está alcanzando valores enormes, y a su capacidad de estrujar la Tierra para sacarle alimento y materias primas le ocurre lo mismo. Podría ser que, dada la proximidad física obligada en la que nos movemos y el intercambio de fluidos respiratorios, sudor, en lugares cerrados y vehículos mal ventilados etc esté haciendo del ser humano una especie de individuo único a efectos de posible contagio. Me explico: si un virus o una bacteria tiene capacidad de saltar de un individuo a otro a través de un único contacto directo o indirecto, y suponiendo que cada persona intercambia contactos potencialmente contagiosos cada día con otras dos , calculemos el tiempo necesario para contagiar a todo el mundo, pongamos seis mil millones de personas. Juan , primer día, contagia a Luis y Pam ,ya son 3, 9 el segundo día... 27, 81, 243....... y el día 21 ya hemos contagiado a todo el mundo mundial que dicen los exagerados. Y si fueran tres contagios al día, con el mismo método, 1,4,16,64,... todos contagiados hacia el día 17. Y si los contagios se produjeran solo a ritmo semanal, dos cada semana, pues cambien días por semanas, pero no se confíen, en 20 ó 21 semanas, cinco meses, el mismo efecto. O sea, que para cuando las defensas del cuerpo humano pudieran empezar a luchar en serio, sería demasiado tarde. Moraleja: demasiados contactos potencialmente contagiosos. Pensemos en un día normal en una ciudad ( el pueblo es otro cantar, hoy solo he visto a una persona en la calle y otra a lo lejos ) , pero en mi ciudad, salgo a la calle y la encargada del gimnasio del bajo fuma en la puerta; diez metros más allá, una fila de tres o cuatro clientes espera en la puerta de la tienda para comprar "más tabaco", sigue la puerta de un garaje y una terraza de bar, sin mascarillas, más fumadores, gente hablando a gritos, aceras repletas de gente, pasos de peatones repletos de más gentes esperando bien cerca unos de otros, playas, si las hay, codo con codo, y así todo el día... Lo de solo dos o tres contagios era por no desanimar al personal ... Y como virus y bacterias hay muchos disponibles, seguramente la cosa ocurrirá, si no ha ocurrido ya. Y el día que el vector patógeno, como se dice ahora, sea especialmente virulento ( palabra engañosa, porque puede no ser un virus y no ser lento), pero si es virulento, no me va a dar tiempo para repetir este aviso, aviso que, aviso, es solo un mal sueño expresado en un resumen y materializado en un programilla de ordenador de cuatro líneas. Pero, hablando en serio, puede ser hora de revisar nuestro modo de vida y de comunicación, antes de que ocurra algo que se parezca a lo imaginado. Sin hacernos eremitas, algo habrá que mejorar. Y por suavizar lo apocalíptico del inicio, si tenemos en cuenta que el cálculo citado no es real sino teórico y sobre una humanidad cuerpo único, que los contagios no siguen el proceso descrito, etc etc, acabaríamos en cálculos mucho más complejos y en situaciones finales cercanas a las que nos ofrece, probablemente, la pandemia actual... así que, por prudencia elemental, toca vacunarse. Y confiar en Dios, que , al final, es nuestra última y más firme esperanza. Y rezar por los que aún no la tienen.