Estos días, con los talibanes tomando el poder en Afganistán casi por sorpresa o por la puerta de atrás, tal ha sido la rapidez con la que se ha producido, se oye o al menos se ha comentado que los nuevos gobernantes han prometido cierta mesura en sus decisiones. Habrá que suponer que veinte años de ocupación de su país algún efecto de cordura deben haber producido en todas las partes implicadas...
De todos modos, los medios ofrecen estos días escenas de temor, terror y fugas incontrolables desde todo ese país, en busca, suponemos, de la libertad occidental. Y esta tarde, dándole vueltas al tema de la permanente rivalidad o enfrentamiento entre lo que llamamos el islam radical y el mundo occidental, creo que un buen remedio, aparte de la recomendación evangélica del post anterior de cefas, sería una buena guerra , lo de buena es puro humor negro, con un enemigo planetario, aliens puros y duros, que obligara a luchar hombro con hombro a unos y otros, y tal vez, de una vez, hermanara a la fuerza a tantos homos imbécilis, incapaces de vivir y convivir en paz...
Y por esta vez, espero que el buen Dios tenga alguna otra idea salvadora, que no sea ésta.