En cuanto a ser “imagen de Dios”. Es evidente que serán algunas características de nosotros, que como te he expresado en mi opinión somos “software”. Algunas características elevadas de nuestro espíritu. En especial, nuestro de amar.
Por último decirte que la creencia en un alma dada por Dios… no es irracional. Es una conjetura plausible. Dado que Dios existe.
Ahora bien en mi opinión, el nivel de plausibilidad es bajísimo y el de certidumbre es nulo. Dado que no necesito del concepto alma para explicarme el ser humano. Así que de acuerdo con la navaja de Occam… no creo en ello.
Un saludo
Releyendo tu último post, estimado c81021, traigo a la cita algunas de las frases de la última parte que me parecen de interés.
Previamente, el significado de la palabra alma, que, desde este momento, independientemente de otros significados utilizados en otras áreas , yo tomaré aquí como el componente espiritual ( no materia-energía) y específicamente humano.
1.- Cuando hablas de algunas características elevadas de nuestro espíritu, ¿ qué espíritu ? ¿ softwariano ?
2.- Si Dios existe, como sabemos, y creemos con fe viva, que afecta a nuestro modo de vivir, tenemos que plantearnos algunas cuestiones que no se plantearán los que no creen en El.
Los humanos no solemos llegar a Dios a través de la ciencia experimental, sobre todo porque Dios no suele prestarse a los experimentos, sino a través de caminos personales que solo El conoce y nosotros presentimos.
Y si Dios existe para nosotros , ya es el momento de plantearse la siguiente cuestión. ¿ Dios se ha comunicado con el ser humano , se puede comunicar conmigo, cómo , a través de quién o de qué? porque, de lo que no queda duda , es de que Dios va a comunicarnos informaciones que no nos serán accesibles desde otras fuentes.
Sin embargo es posible que todavía pensemos ( en el fondo ) que la Ciencia es el único canal de información fiable, el único posible y , en el fondo, más fiable que el mismo Dios.
Con este fondo de desconfianza en Dios mismo y su capacidad de decirnos algo, no se si será fácil llegar a entenderse con él. No obstante, para El sí que es posible y fácil y, de hecho, muchísimos seres humanos llegan a esa comunicación e incluso algunos, a una verdadera intimidad personal, esos a los que llamamos santos. Al parecer, de hecho, solo se necesita pedírsela .
En el mundo actual nos es fácil buscarle en multitud de lugares o entre muchos de los testigos que dicen comunicarnos sus designios a lo largo de la historia humana. Hoy en día tenemos la posibilidad de buscarle en multitud de sitios y centros de información religiosa. Nos es fácil conocer el budismo y las filosofías orientales, los animismos, panteísmos, y sobre todo las grandes religiones monoteístas, que han ido barriendo a las anteriores.
Una vez descubierta la vía de contacto, solo resta informarse y, si procede, admitir el testimonio de quien o quienes han transmitido las informaciones procedentes del mismo Dios a los humanos. Abraham, Moisés y los profetas suelen estar en el punto de partida de la mayoría. Unos, los judíos, continúan impertérritos, esperando un Mesías que pasó a su lado hace dos mil años, llevándose consigo a unos pocos y dejando a los demás en su elegida oscuridad. Otros, los musulmanes, convertidos a menudo a la fuerza, ofrecen la imagen de un Dios único y un resumen mezcla de Biblia judeo cristiana con tradiciones ajenas a ella . La rama cristiana ofrece al hombre un sentido de la vida totalmente integrado en el mismo corazón de Dios, en el amor, aunque a veces nos queda tan grande que por desgracia apenas nos diferenciamos del resto de mortales.
Suponiendo que la mayoría de nosotros tomamos la savia de ese árbol, Cristo, las discusiones sobre alma sí o alma no, carecen de sentido si admitimos la autoridad de sus palabras a través de sus enseñanzas. De otro modo, si continuamos condicionando nuestra fe a los descubrimientos de la ciencia, en realidad ponemos en duda los fundamentos de nuestra fe en Dios, lograda por otros medios y sobre todo recibida como gracia de El mismo.
Esto no es obstáculo para que , sabiendo que la ciencia busca la verdad y Dios es la Verdad, continuemos indagando libremente en los resquicios donde pueda ocultarse cualquier verdad , convencidos, como lo estamos, de que cualquier cosa que sea verdad, nos acercará más a La Verdad. Por eso, podemos indagar sobre el espíritu que nos anima, ánima o alma, aunque se que la ciencia, con o sin aparatos de última generación, resonancias, positrones , quarks o gluones o cualquier otro ente material o energético, no logrará nunca decir la última palabra, explicar el último elemento o componente la última razón o sustancia que justifique el cosmos, su último ¿ por qué ?.
No se cuántas veces cita Jesús al alma en los Evangelios, pero voy a intentar contarlas ...
Saludos