Voy a romper una lanza ( no se me preocupen, una lanza pequeña, de asta débil y cuchilla de hierro dulce), una lanza en favor de Richard Dawkins. Y es que el síndrome religioso, en general, aparte de ser universal, todos los humanos lo padecen , incluidos los ateos, es un síndrome que se ceba en una especie inteligente, pero no demasiado. Tal vez esta últimas generaciones , a partir del siglo XX y la enseñanza obligatoria, estén preparadas para entender sus libros, pero me temo que hasta ese siglo, el analfabetismo campaba a sus anchas por el mundo mundial que dicen nuestros graciosos actuales...
El señor R.D. debería tener esto en cuenta a la hora de "inexplicarse" los problemas religiosos de nuestra especie ( casi analfabeta durante milenios). Explíquele usted, Mr. R.D. a un grupo de analfabetos la creación, el origen del mal , incluida la sinrazón de los cataclismos, el orden moral, etc sin recurrir a las formas literarias simbólicas , las ficciones, las parábolas, los cuentos y hasta las rimas populares.
Y si el mundo humano está, además, trufado de mal, como parece incuestionable, trate de explicarles , que no es nada fácil, el sentido que puede tener el dolor, la muerte y toda esa serie de penalidades que nos toca sortear a lo largo y ancho de nuestras vidas. Esa presencia del Mal, con mayúsculas como se merece, es el gran enigma, que cada religión ha pretendido y pretende explicar, incluida, con todo respeto, la suya, Mr Richard. Y con el Mal presente, en cada grupo humano ha
aparecido esa supuesta explicación, que ha terminado cristalizando en una nueva religión. Naturalmente, solo hay, de haberlas, una religión correcta y las demás deben ser incorrectas o totalmente erróneas. Si existe el Dios único, las religiones monoteístas han apuntado bien hasta ahí, con más o menos errores , mientras el resto , las politeístas o simplemente de índole filosófico , no. Como tenemos que admitir por ello que la gran mayoría de las religiones han tenido que ser o son fundamentalmente erróneas, también admitiremos que han tenido que ser fuente de inútil sufrimiento y de otros males consecuentes . Pero usted carga las tintas en el error del hecho religioso en su esencia, lo que no deja de ser a su vez otro error, puesto que el hecho religioso, en sí mismo, nace de la búsqueda de la verdad, siempre apunta a la búsqueda de una explicación coherente del mundo, de la esencia y la verdad de las cosas, igual que lo hacen la ciencia y la filosofía, apoyadas ambas en la racionalidad, supuesta , del propio universo. Y la religión es, en el fondo una Filo-Sofía, un amor a la verdad, se logre y encuentre o no. Algunas gentes actuales tal vez menosprecien a la filosofía, por aquello de que carece de la potente base experimental que usamos los científicos, creyentes o no, pero lo que los científicos usan, de fondo, como los filósofos, es la racionalidad, la misma que permite asegurar que si un electrón llega a una pared con dos ranuras, ha de cruzar por una de ellas pero no por ambas y a la vez...* , lo que demuestra que la racionalidad no es tampoco una herramienta perfecta, al menos como la sabemos utilizar a principios del siglo XXI.
Pero sí, en efecto, como usted, Mr Richard señala contundentemente, muchas de las religiones históricas no han sido otra cosa que intentos para explicar por qué nacemos llorando , vivimos lamentándonos y morimos sufriendo. Y Marte, Juno, Júpiter, Pandora, la serpiente emplumada, y las mil y una creencias sustentadas por brujos, chamanes y adivinos y creidas por más gentes de las que sospechamos, son pruebas de que las religiones, en general, han sido, históricamente, burdos intentos de esa explicación que todos los humanos han anhelado. Lo que lleva a admitir, con Mr. R.D. que la mayoría de las religiones humanas han sido fuentes de error ( y a menudo de horror) y que la ignorancia humana, el Mal en general, las ha alimentado durante la mayor parte de nuestra historia.
De donde, y termino, deberíamos concluir y admitir que el contenido religioso transmitido oralmente, escrito o puramente simbólico de muchas religiones, sobre todo las antiguas, solo pudo generarse y solo debe ser examinado desde el punto de vista y con los ojos de aquellos para quienes fue elaborado, gentes de cultura primitiva, analfabetos, para quienes el sentido de la existencia de algo llamado mal solo era accesible a través de fábulas en las que el niño desobedece la orden del padre y coge con la mano la serpiente venenosa...
Por eso tampoco podemos leer el Génesis, por ejemplo, desde la perspectiva de un biólogo del siglo XXI , conocedor del hierro, el uranio y hasta el ADN, pero sí podemos rebuscar, entre la la maleza ( que no el mal) de las fábulas y las metáforas de los textos religiosos de la antigüedad, los conceptos que hoy conocemos bajo otros nombres. Y entonces, sin duda, Adán y Eva adquirirán un nuevo y hasta pleno sentido.