Descendió a los Infiernos.
En la oración del Credo, en la que profesamos los Cristianos Católicos nuestra “FE”., rezamos : “Descendió a los Infiernos” hay que tener muy claro lo que estamos diciendo, sino, nuestra oración no tiene sentido.
El Catesismo nº 632 nos dice: Las frecuentes afirmaciones del Nuevo Testamento según las cuales Jesús "resucitó de entre los muertos" (Hch 3, 15; Rm 8, 11; 1 Co 15, 20) presuponen que, antes de la resurrección, permaneció en la morada de los muertos (cf. Hb 13, 20). Es el primer sentido que dio la predicación apostólica al descenso de Jesús a los infiernos; Jesús conoció la muerte como todos los hombres y se reunió con ellos en la morada de los muertos. Pero ha descendido como Salvador, proclamando la buena nueva a los espíritus que estaban allí detenidos (cf. 1 P 3,18-19).
Los artículos de la biblia que se refieren a este tema son: 1 Pe 3,19s “ “En el Espíritu fue a predicar incluso a los espíritus en prisión”., 1Pe 4,6., “Pues para esto se anuncio el Evangelio también a los que ya están muertos, para que, condenados como todos los hombres en el cuerpo, vivan según Dios en el espíritu”., Ef 4,9., “ Decir subió supone que había bajado a lo profundo de la tierra”., Rom 10,7 “ O ¿Quién bajará al abismo? es decir, para hacer subir a Cristo de entre los muertos ., Mt 12,40 “ …Tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra” y ., Hechos 2,27 ” Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos, ni dejaras que tu Santo experimente corrupción” y Hechos, 2,31 “previniéndolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que no lo abandonará en el lugar de los muertos y que su carne no experimentara corrupción”.
Joseph Ratzinger en su artículo de Fe cristológica nos dice: “que todos estos artículos que hemos mencionado están relacionados con el sábado santo., El viernes Santo miramos al Crucificado; el sábado Santo es, en cambio, el día de la muerte de Dios,…. El día que nos habla de la ausencia de Dios, el día en que Dios esta en la tumba, que ya no se levanta, que ya no habla, hasta el punto de que ya no hay nada que discutir con Él, de que hay sencillamente que olvidarlo <<Dios ha muerto, hemos matado a Dios>> esta afirmación de Nietzsche … expresa el contenido del sábado santo, el <<descenso a los infiernos>>”.
“ El misterio del descenso a los infiernos es como un relámpago en medio de la noche oscura de la muerte de Jesús, en medio de su grito <<Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?>>
Dice Benedicto XVI “ ¿Que es la muerte? ¿Qué pasa cuando uno se muere y penetra en el reino de la muerte? Ante este problema debemos reconocer nuestro desconcierto. Porque ninguno sabemos que es la muerte, todos vivimos de este lado de ella y ninguno de nosotros la ha experimentado. Pero quizás podamos aproximarnos a ella desde este grito de Jesús en la cruz"
La médula de la pasión no es el dolor físico, sino la soledad radical, el abandono absoluto. “Dios mío, porque me has abandonado”
Ratzinger subraya que “ Si hubiera una soledad en la que no fuera posible dirigir al hombre la palabra , si su abandono fuese tan grande que ningún pudiera entrar en contacto con él, esta seria la autentica y radical soledad, eso seria el miedo, eso seria lo que los teólogos llaman <<infierno>> ".
" Ya podemos definir el infierno “es la soledad absoluta en la que la palabra amor ya no puede resonar, la incurable herida de la soledad. Ahí en lo mas profundo de nuestra existencia mora el infierno, la desesperación, la inevitable y tremenda soledad.”
La muerte es pura y simplemente soledad y el infierno es esa soledad en la que el amor no puede entrar. (Benedicto XVI fe cristológica) .
Continua diciendo el Papa emérito: “ Cuando Cristo descendió a los infiernos. La proposición afirma que Cristo franqueó la puerta de nuestra más profunda soledad, que penetro en el abismo de nuestro abandono. Allí donde ya no podemos oír ninguna voz, allí esta Él, Por lo tanto el infierno ya esta superado, mejor, ya no existe la muerte que antes era el infierno. Ni el infierno ni la muerte son ya lo mismo, porque hay vida en medio de la muerte. Porque el amor habita en ella. El infierno o la segunda muerte como dice la Biblia ( Cf. Ap 20,14) es ahora el encerrarse voluntariamente en sí mismo.
Ratzinger afirma que hay que interpretar a Mt 27,52 “Cuando murió Jesús, se abrieron los sepulcros y resucitaron los cuerpos de muchos santos. “ la puerta de la muerte está abierta., desde que en la muerte habita la Vida, el Amor.”
Cuando recemos el Credo y oremos “descendió a los infiernos”, digamos con agradecimiento y alegría, Cristo a vencido a la muerte. Ya no hay soledad absoluta, hay Amor.
