El Día de la Ciencia se celebra el día diez de noviembre, por declaración de la Unesco, aunque especifica que es el Día de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, lo cual evidentemente deja fuera a las ciencias dedicadas a otros fines. En mi modesta opinión, la ciencia, como conocimiento del mundo y sus misterios, suele ser un ente éticamente neutro e imparcial, y solo la maldad humana o la ignorancia pueden convertir su aplicación en nociva. Por eso, la Ciencia General, pura y sencilla, sin mancillarse aun con la maldad humana, bien podría celebrar hoy su día, sin demasiadas especificaciones. Por eso, hoy, día seis de enero ( mi traductor ha escrito, sospecho que deliberadamente, día seis de Dinero , lo que me hace sospechar que estoy siendo hakeado), hoy podría ser, con toda propiedad, ser declarado Día Mundial de la Ciencia General. Y es que hoy se celebra una fiesta cristiana muy interesante, y cuyos protagonistas son llamados magos, palabra que, en aquel tiempo, designaba a gentes dedicadas al estudio y la observación, sobre todo, de los astros, materia o ciencia más común en la época. Y aunque no fuera ciencia en el sentido estricto con que la definimos hoy, sino tal vez más bien astrología, en busca de sentido y leyes a los fenómenos cósmicos, era, con la medicina y tal vez con una química rudimentaria, lo más aproximado a la ciencia que entonces podríamos encontrar. Fueron unos ( los textos del Evangelio escriben, Mateo 2: 1,12, unos, y la tradición los ha dejado en tres) estudiosos, más o menos informados, sabios para su época, siguiendo un fenómeno luminoso en el cielo de su tiempo, en busca de un ser divino, al que encuentran protegido por la autoridad paternal de José, un técnico, experto en carpintería, ciencia aplicada, tecnología metal madera, de su época. Para mí, hoy es el día de la Ciencia. Y hasta el mundo musulmán, que ha dado nombre a tantos astros y que venera la figura de Jesús, tal vez pudiera adherirse a esta opinión. Y seríamos mayoría.