Continuando con el tema de la salvación, y referida a las tres grandes religiones monoteístas, Judaísmo, Cristianismo e Islam, en cada una de ellas la salvación se presenta con características diferentes, aunque las dos primeras, en realidad, pertenezcan a una misma línea de revelación hasta el momento histórico de la llegada de Cristo.
En el judaísmo, la salvación se consigue por el cumplimiento de la Ley, ley que en ocasiones llega a ser sumamente estricta y detallada, abarcando hasta los más pequeños detalles de la vida.
En el cristianismo, la salvación que llega por Jesucristo, se consigue por la fe con las obras. La misericordia de Dios suple y completa la debilidad del hombre, respetando su libertad.
En el Islam, la salvación cobra caracteres específicos y se logra por diversos medios, algunos insólitos, detallados en su Libro sagrado, el Corán.
En realidad, las tres religiones comparten los cinco primeros libros de la Biblia , el Pentateuco, Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio, lo que hace del Decálogo entregado por Dios a Moisés, el código inicial de conducta común a todas ellas.
Aunque las tres religiones comparten muchos elementos comunes, y de ellos cabría esperar grandes coincidencias, las diferencias existentes, fundamentalmente con el Islam, han sido históricamente motivo de disensiones e incluso de persecuciones y guerras, injustificables desde muchos puntos de vista.
También la salvación misma, entendida como relación perfecta con Dios, es vista con diferentes matices en cada una de las tres religiones. El respeto y la adoración priman en el estado de salvación judaíco, la felicidad humana y la abundancia de bienes en el Paraíso islámico y , finalmente, el amor y la comunión con un Dios paternal, uno y trino, en el cielo cristiano.