Respecto a la dualidad onda partícula o la superposición insoportable. Andaba Cefas anoche lidiando con ella , antes de que el sueño acabara con toda esperanza de arreglo,, cuando de pronto dio con un fenómeno natural que, en cierto modo, se le asemeja. El agua dual, o trial. El agua se presenta formando ondas cuando es líquido en cantidades suficientemente grandes o cuando en forma de gotitas forma nubes , se presenta como partícula cuando se muestra en pequeñas cantidades discretas o es proyectada a gran velocidad y, finalmente, en otra forma límite ,como moléculas, que sería la fase gaseosa. Sabemos qué factores influyen en esas diferencias, la temperatura, la presión y el volumen. Pv=RT. En cuántica, por ahora, es la observación la que colapsa y modula la presentación, pongamos de un electrón, en una u otra fase, onda-partícula, O P. ¿ Qué parámetro asociaremos al estado ambiental de observar ? ¿ observar implica modificar el ambiente que modula la conducta de las partículas ? ¿ La mente observadora, la intención que subyace tras la presencia del sensor detector activa algo en el electrón como activa la presión o la temperatura una u otra respuesta del agua ?. Cefas, y alguno más, sospecha que este escenario tiene que ver con el hecho de que nuestro universo alberga seres libres y debe estar, por ello, programado de manera que sus estructuras puedan responder a los actos voluntarios, que son los que pueden, deben y hacen necesaria la indeterminación previa al acto volitivo libre. Cuando el acto libre ocurre, incluido al acto de observar, el llamémoslo programa, actúa en consecuencia, disponiendo las cosas para obedecer a esa voluntad o intención. Mientras tanto, mientras no actúe un ente libre en la escena, todo ocurrirá de modo tal vez ondulatorio, pero en cuanto una libre voluntad actúe, aunque solo sea observando, el escenario debe colocarse en modo de espera, listo para adaptarse a la nueva situación. También podríamos explicarlo suponiendo que la presencia de una entidad omnipresente, actúa en cada momento y según las circunstancias, acomodando las fases a las decisiones libres de los entes presentes, que ellos llamarán, en su primitivo lenguaje, colapso. Tendríamos así, al menos dos modos de transcurrir los acontecimientos en el mundo fisico: el primero, modo determinista, ondulatorio, mientras no ocurren actos libres, y el escenario es lo que llamaríamos natural, los campos de fuerza y partículas se moverían en modo neutro, digamos O, y el segundo, en el momento y lugar en el que actúe o influya un acto libre provocado por alguno de los seres libres, el escenario afectado debe acomodarse a esa condición, y colapsar al nuevo modo, P , en el que, sospechamos, todo se adapta para recibir la volición y responder en consecuencia. Por supuesto, acabado el acto, apagado el sensor, todo retorna al modo económico, neutro, O, posiblemente más ondulatorio y matemático que puramente físico. Dios mismo, y hasta el programador de mundos alienígena que proponen algunos ateos como director de sus vidas, seguramente prefiere mantener al mínimo los gastos sin perder demasiada energía mientras espera a ver cómo actuamos cultivando este hermoso jardín que llamamos Tierra, cuidando de nuestros hermanos humanos y, ya puestos, agradeciendo estar aquí y ahora.