A veces se diría que todo cuanto puede imaginar un científico acaba siendo puesto sobre la mesa tarde o temprano, lo bueno, lo malo y el resto. Estos días se ha conocido algo difícil de calificar, dependiendo, sin duda, de los fines a los que se dedique y de los procedimientos para lograrlo. Tal vez tras una buena comida a base paella y filetón de buey, por imaginar un escenario apropiado, un científico coreano ( Scientists from Yonsei University, Corea del Sur) piensa si sería posible integrar en un solo alimento o producto tanta exquisitez gastronómica ... y de pronto surge la ocurrencia, ahora ya realizada, de inseminar un grano de arroz con células madre de vaca, consiguiendo así, en un solo paso, un arroz con sus hidratos de carbono más proteínas de vacuno y grasa animal. Pensado y hecho. Colocaron células madre en arroz y, con los cuidados adecuados, a patentar, parece que han logrado un arroz polivalente, no demasiado caro y con visos de un futuro prometedor. Y uno sospecha que en un futuro no tan lejano, la alimentación humana acabará siendo fabricada, más que cultivada, y distribuida normalmente en farmacias, previa receta médica, o como suministro regular desde los laboratorios adecuados, con base de arroz o cereal, y complemento en alimentos, aroma y sabor de pescado, ave y mamífero, pero sin intervención vegetal o animal alguna, al menos del modo como se usa en la actualidad.