El estado de la cuestión. Situados en el campo de las religiones actuales, henos aquí, tal vez diez mil millones de humanos repartidos en un variado muestrario de opciones religiosas para ser ofertadas a sus divinidades respectivas. Y a su vez, cada ser humano cargando con su propia, personal y peculiar versión de su religión oficial.
Está claro que siendo única la realidad , el Misterio y el mundo , la que sea, y siendo las religiones a lo largo de la historia una variedad de pretendidas explicaciones últimas de esa realidad , no es posible que todas acierten al cien por cien, simultáneamente, en el fondo , en la forma o en ambos. Luego podríamos deducir o al menos sospechar fundadamente que algunas, pocas o muchas, siempre demasiadas, serán simplemente acervos de mitos y leyendas heredados de los antepasados a lo largo de la historia, sostenidos por la cultura y la sociedad en que se desarrollaron y llegados al tiempo presente, las que llegaron, más o menos íntegros. De lo que no cabe duda es de que sus credos, normas , preceptos y costumbres han sido más o menos compatibles con el mantenimiento del grupo humano que las ha practicado y defendido, lo que, bien mirado, no es poco. También es probable que en todas o al menos en muchas, se den elementos comunes, retazos de una única y perfecta religión que todas aspiran a ser y solo una podría alcanzar por completo. Y aquí radica el conflicto: cada humano profesa una religión y por convicción o por presión suele considerarse a sí mismo anclado en la certeza. Supongamos ahora que se consigue describir el conjunto de creencias y códigos que componen la religión perfecta, RP, la que contiene el modo ideal, perfecto y exacto con que el ser humano puede y debe relacionarse con el Misterio y el mundo. Con esa referencia, podríamos catalogar las diversas religiones de modo que fueran valoradas de acuerdo con el nivel de coincidencia entre sus contenidos y los de la RP. Está claro que todas las religiones conocidas contienen partes o elementos comunes, más o menos aceptados universalmente y cuyos efectos, sobre el individuo y la sociedad pueden ser, en principio, beneficiosos, relacionados con conceptos como lo divino, la autoridad, moralidad de los actos, matrimonio y filiación, justicia , derecho, etc, aunque solo en esta breve relación ya habremos descubierto dificultades para aceptar las diferentes versiones de cada una. Y es que lo que un sistema religioso considera moralmente correcto o conforme a derecho o un acto obligado de justicia, otra religión puede considerarlo un abuso o una injusticia. Y ahí radica la mayor dificultad, dificultad en la que aún ahora, siglo XXI d.C. se debate la humanidad. Así, por ejemplo, el derecho matrimonial es bien distinto de unas religiones a otras, la igualdad entre los seres humanos tampoco está igualmente reconocida y finalmente, ni siquiera los derechos humanos considerados universales por la ONU han sido aceptados plenamente por todos los países Si ni siquiera estamos de acuerdo en conceptos tan básicos como justicia, derecho, libertad , moralidad, bien y mal... ¿ cómo podremos continuar una discusión o debate si utilizamos diferentes diccionarios ?.
Lejos de suponer que esta contradicción fundamental de criterios sea un obstáculo para el debate, nos sirve hoy para poder afirmar que es , por el contrario, un claro indicio de que algunas religiones pueden contener imperfecciones en su definición de los conceptos básicos que deben guiar al hombre en su búsqueda de la trascendencia y el Misterio. O sea que, si existe una religión perfecta, un modo perfecto de relacionar al hombre con el Misterio, una religión que llamaríamos perfecta y verdadera, las demás pueden ser o incompletas o imperfectas en mayor o menor grado. En efecto, si queremos respetar los principios racionales, no podemos admitir dos verdades mutuamente contradictorias ( la conducta C es moral y a la vez y en el mismo sentido es inmoral ), que aplicado a dos sistemas religiosos probaría que al menos uno de ellos está equivocado.
Aunque no sepamos, de entrada, cómo deba ser la Religión Perfecta a que he aludido, podemos intentar una analogía que nos ayude a definirla y, en cuanto sea posible, aproximarnos a ella. Sea cual sea la idea del Misterio que posee cada religión, y aceptando que el Misterio es el origen, explicación y causa de todo lo existente, parecería lógico aceptar un principio básico que podemos expresar así: la religión no debe entrar en contradicción con los elementos que configuran el concepto de "especie humana", puesto que la religión es el nexo entre el efecto ( la especie humana) y su causa ( el Misterio).
Intentamos aclararlo con un ejemplo. Cualquier proyecto racionalmente coherente lleva adjunto un pliego de condiciones donde se establecen las que deben cumplirse para que se autorice su fabricación o construcción, y es el propio autor el que las establece y vigila su cumplimiento, ya que sin ello, el resultado del trabajo no se correspondería con lo proyectado, sea ello un barco, un edificio o un autómata programable. El mismo ser humano, hoy casi decidido a crear una especie nueva, el robot humanoide, deberá especificar ( fabricar especie ) las condiciones o estipulaciones necesarias para crear esa entidad específica , fijando entre ellas los materiales a emplear, la forma y dimensiones, funcionamiento de partes y conjunto, normas de manejo, uso , mantenimiento y control de calidad, y llegado el caso, hasta las funcionalidades de lo creado y las normas y limitaciones que se espera que cumpla y respete, como tal vez, "el robot no causará daño a ningún humano" o , "el robot no dañará a otro robot salvo en caso de legítima defensa" , " el robot ayudará a cualquier humano o robot que se encuentre en peligro", " el robot será desechado cuando ", ... etc etc.
Y esa sería, en buena parte, la base real de una posible religión perfecta del especímen robot. Todo lo que se oponga a la definición o esencia de la especie robot creada por el hombre, será calificado como defectuoso, ( en nuestra especie y nivel sería lo inmoral e ilícito) , como dañar a otro, mentir, robar, abusar de otro, ofender, etc que no serán , sin más aclaraciones, más que otras tantas referencias a las especificaciones ( creación de especie) de nuestro humano pliego de condiciones, aquí según el modelo Asimov y seguidores...
Ya tenemos un modelo aproximado. Humano es a robot como Misterio es a especie humana. Así como el robot no debería matar al robot, el humano no debe matar al humano, ni dañarle ( salvo legítima defensa), ni mentirle (podrá callarse), ni robarle, ni ofenderle, pero sí debe ayudarle, colaborar, participar en las actividades sociales, respetar la autoridad de su especie, y ya puestos en el ámbito del Misterio ( el Proyectista ), respetar las estipulaciones contenidas en el pliego de condiciones y mantener con el Proyectista una relación de afecto y respeto. Notemos que cualquier desviación en el cumplimiento de las estipulaciones específicas redunda inmediatamente en perjuicio de la especie y del propio individuo, y a eso el proyectista le denominará mal y, si fuera el caso, podría prever algunas consecuencias conducentes a la restitución del orden inicial, léase castigos o reparaciones, o un parque de reciclado o desguace... en función del grado de libertad / responsabilidad del especímen considerado. En cualquier caso, características como dignidad, libertad, responsabilidad, orden moral y otras que permean la especie humana, solo conocen un origen, que es precisamente la dignidad y grandeza de su Proyectista original, del Misterio al que se dirige todo lo existente como fuente de vida y existencia. ( Ver referencias en #106, " Cómo discutir con un ateo")
Más o menos, esta imagen puede servir para aplicarla a las religiones humanas. Aquí cada tribu se ha montado su propia historia e inventado un cierto pliego de condiciones, pliego que, a veces, puede ser incompleto o parecer extraño...
Si conseguimos descubrir las especificaciones racionales de nuestra especie ( una especie con dos niveles, biología y racionalidad), habremos encontrado nuestro código de conducta básico y con él algunas bases de apoyo a nuestra Religión Perfecta. Al menos podemos intentarlo.