Algunos sapiens intentan retorcer la Biología para adaptarla a sus particulares gustos. No solo sapiens, sino el siguiente paso: supersapiens. Este nuevo especímen humano, supersapiens , al menos él mismo se considera tal, está apareciendo en diversas partes del llamado mundo civilizado. Suele ser eficaz , sin duda por su poder de acción, suele ser un superhumano dedicado a la política, y destinado por autodefinición a arreglar el mundo con sus ideas geniales y a modificar lo que sea necesario, incluso su propio sueldo para lograrlo, con la única condición de que sea siempre una modificación al alza, supongo . Pues bien, según las nuevas directrices, ese supersapiens, amparado en la infalibilidad que le confiere su innata sabiduría específica, declara la innegable igualdad entre hombres y mujeres, los elementos más numerosos de la especie hasta ahora humana, pero introduce, astutamente , otros elementos intermedios que se definen como LGTBIQ. No, no se molesten en investigar las características que le han llevado a esta curiosa clasificación; no intervienen en ella ni caracteres raciales o étnicos, ni formación, ni grupo sanguíneo ni compatibilidades médicas, ni siquiera opiniones políticas, que ya están muy explotadas. La clasificación biológica de los humanos se ha venido basando en el sexo, varones y mujeres . Pero parece que ni les basta ni les gusta lo que se venía considerando el sexo hasta ahora, que debe ser demasiado sencillo y sobre todo demasiado biológico. Ahora debe clasificarse al personal , proponen, según lo que cada persona crea o considere cuál , qué y cómo es o debe ser su sexo. Y todo legalizado, naturalmente, y visado no por la Biología ciencia, sino por la ciencia infusa que debe reconocérseles en virtud del voto democrático que creen o dicen les asiste... Ciertamente, en la historia de la humanidad se ha visto ya todo bajo el sol, casi todo tipo de desviaciones estadísticas en casi todos los campos de la actividad humana. Pero la guinda que adorna esta tarta es que esta clasificación intentan que sea obligatoria, dogmática , irreversible e intocable. Una especie de axioma , que sea base y fundamento de nuevos teoremas .
Ahora bien, uno de los caracteres que define una especie y la separa de las demás es la posibilidad de cruce biológico entre sus individuos. Si no existe esa posibilidad, las especies se consideran diferentes, tal como sucede con leones y cebras, por ejemplo, aunque haya algunas cercanas que la admiten, pero con limitaciones a menudo. En el caso que nos ocupa, está claro que en la mayoría de esos nuevos grupos sexuales humanos no existiría en general posibilidades de procreación de nuevos individuos del mismo grupo fértiles o viables. Luego, en principio, si usáramos ese único criterio, los individuos de esos nuevos tipos podrían ser considerados ajenos a la especie humana en tanto en cuanto sean grupos separados y autónomos . Súper o mini especies , eso sí, de corto alcance biológico, autoextinguibles . Como cuando en la colmena, todos sus componentes, reinas, R, obreras, O, y zánganos, Z , deciden alterar por su cuenta las normas naturales de su especie, la Apis Mellifera, y asumir las funciones propias de su reina, combinándose de todos los modos posibles, seis , combinaciones con repetición de tres elementos tomados de dos en dos: RR OO ZZ RO RZ OZ. Solo una fértil, RZ, ya seis veces menos probable, pero todas comiendo. Adiós colmena. Adiós, Apis Mellifera. Adiós, homo sapiens.